1921 – VISITANDO UNAS OBRAS - AL CESAR LO QUE ES DEL CESAR

Es muy visitada, siendo objeto de comentarios, la obra estupenda que, en terrenos de Porto-Pi y con destino a fábrica de abonos químicos, se lleva a cabo por cuenta del rico propietario don Juan March.

El cronista, ha visitado las obras de referencia cuya enorme importancia le ha sugerido algunos comentarios.

Recordará el lector que al iniciarse el proyecto de la fábrica que nos ocupa era poco menos qu una cosa maligna, perjudicial, atentatoria a la salud pública y al bienestar de cualquier ser humano. Ahora, a medida que el proyecto se desenvuelve, lo que era dañino se va reconociendo como sumamente beneficioso y merece los honores de la información u del comentario favorables, si bien escatimados, en relación a la trascendencia de la obra, de la prensa diaria.

Pero no se crea que estos comentarios favorables sean unánimes en la opinión pública, no. Hay en Palma una parte de ella que es hostil a cuanto tenga relación con el opulento comerciante por muy importante y beneficioso que sea para el país. Hay los eternos enemigos personales del “Verga” que en todo momento están al acecho para combatirle y hacer que la opinión se le manifieste contraria.

Pero a pesar de todo yo creo que los trabajadores no deben dejarse arrastrar y deben ponerse ojo avizor para defender, sin miramientos ni escrúpulos de ninguna clase, lo que crean sea de justicia. Porque por encima de la maledicencia de quines no son capaces de nada que no sea pobre y raquítico, caduco y fosilizado está la obra que lleva a cabo el señor March, que es trabajo y desenvolvimiento económico para Mallorca.

Y, no se crea que, entusiastas y convencidos partidarios que somos de la transformación del acutal régimen de propiedad, creamos que la explotación de una nueva industria vaya a resolver “nuestro” problema. No, no lo creemos. Pero tampoco hemos de ser tan malvados o tan tontos que no distingamos entre un March emprendedor de grandes empresas, impulsor de grandes industrias, espíritu abierto a toda renovación y progreso, y otro potentado cualquiera de los que por ahí conocemos, empachados de patriotismo, muy amantes de Mallorca, ocupados en absorber la savia de un capital que representa el estancamiento de cualquier iniciativa de progreso, y de continuar, muy católicamente, eso si, la tradición gloriosa de sus antepasados los butifarras.

Nosotros sabemos que sólo un régimen socialista será capaz de resolver el gran problema social dando el máximum de felicidad a los trabajadores, y por esto combatimos y combatiremos a todos los capitalistas, pero ello no puede obligarnos a que formemos en se coro de patriotas de ocasión que no son acaparadores, ni explotadores, ni roban en el peso, ni adulteran los comestibles, ni venden acciones de la Isleña, ni piden destinos al señor March, y que se proponen mediante campañas habilidosas y de doble sentido, utilizar a la opinión  y al pueblo como instrumentos inconscientes de sus intrigas y de su ideología reaccionaria.

Yo entiendo que la cuestión es clara y que nosotros no hemos de ser tan imbéciles ni tan torpes que no nos demos cuenta de ello y que, por inconsciencia o cobardía, nos prestemos a hacer el juego a los eternos enemigos del progreso del que, en estos momentos y en su aspecto industrial y comercial es el señor March el más decidido propulsor de entre todos los mallorquines, aunque con vistas, naturalmente, a su particular negocio.

Simón Fullana

EL OBRERO BALEAR nº 991

25 de febrero de 1921