Los azúcares

 

No pasa semana que no tengamos que poner los gritos al cielo ante el aumento de algún producto de primera necesidad, y ésta por no abandonar la costumbre dejaremos hablar el presidente del gremio de fiambres al por menor de Madrid D. Isidoro López Cobos.

 

Dice este señor:

 

El azúcar está hoy a 1,19 kilo. Las acciones, a 65,50 por 100. En septiembre estaba el azúcar a 0,80. Las acciones estaban a 35 por 100. Resultando que el azúcar la han  elevado un ¡49 por ciento!, subiendo las acciones un ¡¡90 por 100!! ¿Sabe esto el Sr. Urzáiz?

 

El ministro sabe que los azucareros, bajo juramento de palabra de honor, se comprometieron cuando se bajaron los 10 céntimos en kilo de impuesto de fabricación, a no elevar el artículo de 0,78 el kilo. El mismo señor ministro impugnó en el Congreso esta baja, porque sabía que a la sombra del menor impuesto los azucareros elevarían el precio, como está sucediendo.

 

Tenemos en cuenta la circunstancias. Sabemos que han subido algo los entretenimiento de fabricación (no los jornales) pero, en cambio, el costo de la remolacha en algunas regiones ha pagado a menos precios que el año pasado. Buen ejemplo es Marcilla: en 1914 pagaron a 40 pesetas tonelada, y en 1915, o sea esta campaña, han pagado a ¡35 pesetas la tonelada!

 

oooOooo

 

“Ahora es de suma urgencia, señor ministro, que, siguiendo su política aduanera, dicte una real orden declarando libre la introducción del azúcar, y podrá adquirirla el consumidor, hoy, 35 o 40 céntimos más barata en kilo que la nacional. Así podrán vivir las industrias que se derivan de este dulce, y el pueblo consumidor no se perjudicará en sus legítimos intereses.

 

Dicen también los azucareros que la subida obedece a la falta de producto primo (remolacha). Si así es ya tiene el Sr. Urzáiz una razón más para facilitar su importanción.

 

Además, tenemos que protestar respetuosamente contra la afirmación del señor ministro a la Prensa, a la que dijo que a pesar del encarecimiento del azúcar la opinión no ha exteriorizado sus quejas”.

 

¿Los comentarios? Cada cual que medite sobre ello y seguramente lector, no verás más que ratones con ganzúa que te rodean.

 

EL OBRERO BALEAR

Núm. 730, 29 de enero de 1916

 

 CRISIS DE SUBSISTÈNCIES