Jaume Vicens Massanet                 El trabajo y su fiesta

El trabajo; he aquí la palabra más grande y más hermosa. Solo en sí, desarrolla vida, pensamiento y progreso; produce letras, filosofía, ciencia, utilidad y comodidades; en una palabra, facilita la dulce armonía del hogar y crea la gran riqueza Universal; siendo indiscutible, innegable y muy sagrado el derecho que a la clase obrera asiste de disfrutar todo lo creado; pues debido a su constante actividad y labor, existe hoy lo más indispensable para cubrir y satisfacer las necesidades de la vida humana.

La vida sin el trabajo, es un cuerpo muerto y abandonado; una máquina inútil sin funcionamiento; un candil sin aceite que no alumbra.

¿Qué seria el mundo terrenal, sin el grandioso trabajo realizado por los intelectuales y manuales? Un campo infecundo y estéril; yb desierto lleno de barrancos y escollos, una madriguera de fieras; un despoblado infeccioso y malsano habitado por salvajes. Más la evolución civilizadora sigue su marcha progresiva, y cultiva el funcionamiento manual y proporciona estabilidad, comodidades y reposo.

Por eso el rico, el pobre, el sabio y el ignorante, conocen la suma importancia del trabajo; así es que para el filósofo, el literato, el ingeniero, el profesor, el constructor, el mecánico y el labrador, el trabajo es lo más necesario y lo más útil.

Transcurrieron muchos años y el trabajo no era festejado, y como perla brillante sin pulimentar continuaba olvidada su grandeza y su valor; hasta que un día, sus hijos, labraron la perla y brilló, iluminando el Universo; rompieron el silencio tímido y cobarde, presentándose constituidos en partidos de clase a la faz del mundo entero, bajo los pliegues del rojo pendón.

El partido socialista obrero, reconociendo la necesidad grande de santificar el trabajo, en el Congreso Internacional celebrado en París el año 1889, proclamó fiesta Universal del trabajo el 1º de Mayo; desde aquel día los Socialistas conmemoran todos los años la fiesta del trabajo el día 1º de Mayo.

Después del acuerdo tomado en dicho Congreso y ratificado en los demás celebrados, el número de convencidos ha ido en aumento de día en día, contándose ya por millones los obreros que observan y festejan el santo del trabajo; por eso nadie puede disputar la gloria que encabezan los socialistas de haber llenado un vacío que yacía olvidado en la historia del proletariado.

Es pues deber de todos los trabajadores, cooperar con eficacia, para solemnizar con mayor esplendor la gran fiesta del 1º de Mayo.

Organismos del trabajo, enarbolad vuestras banderas; al aire tenda, echad ya los pendones y estandartes; descubramos nuestras cabezas para saludar y contemplar las gran solemnidad infinita de la Naturaleza y con faz serena, saludemos al astro matinal, al alba del nuevo día, y con gran alegría ¡cantemos himnos al sol naciente y poderoso el día 1º de Mayo.

Jaume Vicens Massanet 

Palma 28 Abril de 1905

EL OBRERO BALEAR

Nº 232, 1 de Mayo de 1905