Ignacio Ferretjans Revolucionarismos . Hay unos pocos, desgraciadamente obreros, que pierden el tiempo en combatir a los hombres que honrosamente siguen las doctrinas socialistas. Dicen que nuestra táctica está en ciertos puntos conformes con la suya: sólo que nosotros queremos la evolución y ellos quieren la revolución. Se nos tacha de ser evolucionistas. Ciertamente somos evolucionistas, pero también revolucionarios tanto o más que los anarquistas y sindicalistas que de la palabra revolución hacen una novela bufa y en extremo ridícula. Nosotros socialistas internacionales, somos revolucionarios; pero no abrigamos la cándida idea de que la revolución tiene que decretarse, sino todo lo contrario, entendemos que es preciso prepararla y trabajar para que la clase obrera esté disciplinada y capacitada para la transformación de la sociedad. Antes y después de los triunfos revolucionarios es preciso que la masa productora esté impregnada de sublime ideal comunista o socialista que es lo mismo. La revolución trae como consecuencia la contra revolución, por lo tanto se hace preciso una dictadura violenta una especie de tiranía momentánea para someter a los enemigos burgueses a la forma de organización del nuevo estado social. Nunca entró en nuestros cálculos el prescindir de los medios revolucionarios. Queremos servirnos de todos los medios y entendemos que en estos momentos es preciso una propaganda intensa entre los campesinos para librarles del repugnante caciquismo que impera por todos los pueblos de esta isla; da a comprender la necesidad de transformar éste régimen capitalista con otro más humanitario y justiciero; propagar el amor y la solidaridad. Eso tiene que hacerse antes de alardear de revolucionarios. Los anarquistas simplotes nos odian a nosotros y odian a todos los que no piensan como ellos; sacrificando si es preciso toda la organización. No es demás hacerles recordar a estos pocos las palabras del maestro Carlos Marx: “Proletarios de todos los países uníos” Ignacio FerretjansEL OBRERO BALEAR nº 946 16 de abril de 1920
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