1921 –  Un socialista aprovechado

 

Tenia el propósito de no contestar a las calumnias difamatorias, lanzadas a los cuatro polos por el presidente del Sindicato de albañiles domiciliado en la C. del P.., pero no puedo seguir callado, ante la actitud agresiva que ha emprendido este Sindicato, contra los compañeros que no consienten se les haga servir de carné de concejal.

 

No crean los lectores, que tengan por objeto estas cuartillas, insultar y zaherir, tal como lo hace el culto artista; mi objeto es más elevado, más noble, más honrado; mi objeto es demostrar con pruebas palpables, lo fariseos que son estos individuos, cubiertos hoy con el antifaz de socialistas, y mañana tal vez con el de comunistas.

 

¿No te das vergüenza, de aprovechar el cargo de director de un semanario que  titula “obrero” para publicar tan encanalladas mentiras?

 

¿No ves amigo mío, que el gremio nos conoce más que a ti. y sabe que todas las mejoras obtenidas son propuestas y conquistadas por nosotros, y sabe también, que cuantas sucursales existan son constituidas por nosotros? Ya te fijarás con los estatutos de cualquier sucursal y verás la firma de los que tú tildas de desorganizadores, de los que tú hiciste expulsar de la C. del P.., por temor a las verdades que podrían decirte en plena reunión: pero en cambio has sabido aprovechar la libertad que cedemos en las juntas nuestras, para venir a discutir nuestros proyectos; y esto en si, encierra un arbitrariedad y un acto de mala fe.

 

Eres tan cobarde, que no tienes valor de presentar la cara, y pretendes herirnos por la espalda; pero no te tememos, y seguiremos nuestra campaña de desorganición, como tú dices; y aunque seamos una minoría, somos lo suficiente fuertes para impedir cualquier traición que tú pretendas hacer al gremio; ya lo sabes, así, como hemos impedido se llevara a cabo la votación de las 10 horas de trabajo que tú aconsejaste, impediremos cualquier acto venal que hagas, o pretendas hacer; ya lo sabes, nuestras reuniones son libres, puedes venir a discutir nuestros actos, no serás expulsado, aunque motivos tengamos para hacerlo.

 

No creía te hubiese indignado tanto nuestra actuación en las obras de Porto-Pí; pero en verdad, te sobran motivos para ello, si hemos echado al suelo el pacto que habíais hecho con Ramis, el Director de dichas obras; por esto hiciste esperar la comisión, entrando tú solo en el despacho de dicho señor para pactar las 10 horas de trabajo: la ilusión de que el propietario de dichas obras, o sea el donante de la C. del P. (a) Verga, te elevara a concejal, te hizo olvidar que existía otro Sindicato de “mal llamados sindicalistas” que no permitiría que un buen llamado socialista traicionara la causa del trabajo.

 

Ya sabemos que nuestras trincheras de lucha están en peores condiciones que las vuestras, porque, hemos de luchar contra todas las instituciones burguesas constituidas, mientras vosotros os servís de ellas, para combatirnos, y os amparáis en ellas para atropellarnos, y nos delatáis a e ellas para castigarnos; pero éste verdadero crimen repercutirá en el mundo organizado y vendrá el día que sufriréis el terrible castigo que merecéis, por traidores a la causa obrera.

 

¿Qué diferencia existe entre vosotros y el Sindicato Libre? Ninguna. Vosotros igual que los del Libre, habéis denunciado a la policía a los obreros sindicalistas, estando reunidos en la .C. del P. ¡habéis acusado en vuestra prensa, de revoltosos a los sindicalistas, y por más cinismo, tu mismo, gran farsante, todo un presidente de un sindicato y director de un semanario que se dice “defensor de la clase obrera” has citado a la delegación de Policía a dos obreros, porque son de ideas sindicalistas y te dijeron varias verdades en plena reunión. Esto es una canallada propia solamente de individuos de bajas pasiones y bastardos sentimientos. Tu fusto seria meter a la cárcel a los sindicalistas para que no te estorbaran el paso, al intentar meter las narices en la Casa Consistorial.

 

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Si camaradas del continente que organizáis el nuevo Partido Comunista Obrero Español, no os fiéis, de este ente llamado Ignacio Ferretjans que os desprestigiará el nuevo Partido; éste, es de la calaña reconstructora, aunque él diga lo contrario; éste, para defenderlo ya lo veis, se apela a las Instituciones Policíacas, porque sabe que con razón, seremos atropellados; éste, es un delator, un confidente, que pacta con la burguesía para que tengamos que rendirnos por el hambre; éste, es el que ofrece toda la fuerza del sindicato socialista, al millonario propietario de las grandes obras de Porto-Pí, para declararnos el pacto del hambre, y la prueba está en unas bases que le ha dirigido y que dicen en la 4ª “como hay individuos que tienen marcado interés en desorganizar la buena marcha de las obras de Porto-Pí, le suplicamos que no reconozca ningún documento que no sea del Sindicato de Albañiles y sus Similares de Mallorca, domiciliado en la Casa del Pueblo.”. ¿No existe en esta base, compañeros del nuevo Partido, una confidencia a las autoridades, una delación a la clase patronal y un ofrecimiento a Don Juan March, para aplastar el poco sindicalismo que haya en dichas obras? ¿Sabéis que era esta buena marcha? Trabajar diez horas, ganar dos reales menos y sufrir mil arbitrariedades de un simple capataz; y el impedir nosotros los sindicalistas, todo esto, ha sido para él, para este comediante charlatán “desorganizar la buena marcha”

 

Por hoy basta.

 

JORGE ALOY

 

CULTURA OBRERA nº 95

4 de junio de 1921