Rudolf Hess    |    BIOGRAFIES  | TEMA| FEIXISME V|


 

Rudolf Walter Richard Heß (a menudo escrito Hess; Alejandría, Egipto, 26 de abril de 1894 – Berlín, Alemania, 17 de agosto de 1987) fue un militar y político alemán, figura clave de la Alemania nazi.

 

Biografía

 

Nació en Alejandría, Egipto, el 26 de abril de 1894. De carácter solitario y retraído y educado en un ambiente estricto y espartano por un padre muy disciplinado y una madre inglesa de origen griego, fue instruido primero con tutores privados y luego en el colegio alemán de su ciudad natal, hasta los 14 años, edad a la que ingresó a un internado juvenil de Bad Godesberg.

 

Recibió formación para los negocios, profesión que su padre deseaba para su hijo; después estudió Ciencias Políticas, como su padre, que había pensado en las leyes para él. Posteriormente asistió a la Escuela Superior de Comercio de Neuchâtel en Suiza, a fin de adquirir los conocimientos necesarios para hacerse cargo de la empresa familiar.

 

Al comenzar la Primera Guerra Mundial, a punto de ingresar en la Universidad de Oxford, se alistó en el ejército alemán como voluntario del 7° Batallón de artillería bávaro y en sus primeros combates obtuvo la Cruz de Hierro por dos heridas, una de ellas grave en el pulmón izquierdo.

 

Al final de la guerra se convirtió en experto piloto y se inscribió en la Universidad de Múnich para estudiar economía, donde acostumbraba distribuir panfletos anti-semitas. El 1 de mayo de 1919 participó junto a los Freikorps en la lucha violenta contra la efímera República Soviética de Baviera, siendo herido en la pierna.

 

Trayectoria en el nazismo

 

En 1919, en un mitín, conoció a Adolf Hitler y quedó muy impresionado con el que sería años más tarde el líder de Alemania. Por su parte, Hess presentaría a Hitler a los científicos geopolíticos Karl Haushofer y Albrecht Haushofer, quienes ejercerían una gran influencia sobre el futuro dictador.

 

Miembro de la Sociedad Thule, el 1 de julio de 1920 se incorporó al Partido Nacional Socialista Alemán de los Trabajadores (NSDAP por sus siglas en alemán), tomando parte en el Putsch de Múnich de 1923, por lo que fue a prisión y compartió celda con Haushofer y Hitler, colaborando con este último en la redacción del libro Mein Kampf.

Después fue comandante de un batallón de las SA. En 1925 fue secretario político de Hitler, dando comienzo así sus actividades políticas; además escribió sobre él un ensayo titulado Cómo debe ser el hombre que conduzca a Alemania a su antigua grandeza.

 

 

En 1927 contrae nupcias con Lise Pröhl, con quien tuvo su único hijo: Wolf Rüdiger Hess.

Cinco años después fue designado como Presidente del Comité Central Nazi y, en 1933, elegido como parlamentario del Reichstag (parlamento alemán). Al ascender Hitler al poder como Führer, fue designado jefe del partido nazi y Ministro de Estado, ocupando casi todas las carteras, excepto de guerra y política exterior, y se convirtió en segundo en la jerarquía nazi, antes incluso que Joseph Goebbels; a pesar de estos cargos Hess nunca presentó un perfil de líder. Fue considerado como la «cara amable» del régimen nazi. Organizó los Juegos Olímpicos de Berlín en 1936 y mantuvo una estrecha amistad con Leni Riefenstahl, la documentalista de Hitler.

 

 

Juicio de Nuremberg

 

 

Rudolf Hess leyendo Jugend mientras espera su juicio en Núremberg en 1945.

 

 

Rudolf Hess, Adolf Hitler y Henrich Himmler

 

 

 

El vuelo hacia Escocia (el misterio de Hess)

 

La Segunda Guerra Mundial comenzó en 1939. En momentos en que Alemania preparaba el asalto a la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas (URSS) y en donde además perdería en el mes de mayo de 1941 en el Atlántico, uno de sus mejores acorazados, el Bismarck, Hess voló en un bimotor BF-110 (en solitario), a Gran Bretaña, arrojándose en paracaídas sobre territorio escocés, donde fue hecho prisionero pese a sus alegaciones de que había ido allí para iniciar conversaciones de paz. Logró burlar la vigilancia de las patrullas de la RAF y aterrizó en Escocia.

 

Hay muchas elucubraciones al respecto. Algunos argumentan sólidamente que era un plan premeditado de Hitler para buscar la paz con Inglaterra, ya que tras la operación Barbarosa tendría que lidiar en dos frentes. Otros arguyen que fue una iniciativa propia, de la cual Hitler tenía algún conocimiento y, aunque se mantuvo al margen, tampoco la obstaculizó.

 

El avión usado

 

Hess pilotaba expertamente un Messerschmitt Bf 110, matrícula VJ-OQ tipo D modificado especialmente por el fabricante (un caza Zerstörer triplaza y bimotor), cuya velocidad máxima era de 600 km/h.

 

La modificaciones consistían en un compartimento que contenía una balsa inflable completamente equipada, un receptor Lorenz, radio adaptada para comandarla por el piloto y además la envergadura de las alas estaba extendida y el fuselaje tenía 5 dm más de longitud. No estaba armado ni contenía bombas u otros elementos defensivos u ofensivos.

 

Cronología del vuelo

 

El 10 de mayo de 1941, Hess y el Reichsleiter Alfred Rosenberg sostuvieron un almuerzo privado en Augsburgo y desde allí Rosenberg se dirigió a entrevistarse con Hitler en Berchtesgaden.

 

El personal de servicio de Hess refirió que este se encontraba absolutamente tranquilo y que durmió una siesta para levantarse a eso de las 15.00 para posteriormente ir a visitar a su esposa Lise y su hijo. Más tarde se hizo conducir hasta la pista de la Luftwaffe en Augsburgo a eso de las 17.00.

 

El hecho cierto es que Hess voló en un Messerschmitt Bf 110 desde Augsburgo a Escocia el 10 de mayo de 1941, despegando a las 17.45 desde Augsburgo en dirección noroeste, para superar la línea costera holandesa a las 19.28 a la altura de Texel, allí gira 90° a la derecha y voló en esa dirección unos 30 min para volver a virar 90° al norte en el mismo sentido que traía inicialmente a baja altura sobre el Mar del Norte, completamente de noche en ese momento.

 

A las 20.50 aprox. interceptó líneas de radionavegación provenientes de radio faros emplazados en Dinamarca con el receptor Lorenz y realizó un vuelo de zig-zag cubriendo trayectos paralelos de 20 minutos de vuelo hasta finalmente tomar rumbo a Escocia a eso de las 21.52, para traspasar la línea costera a eso de las 22.12 sobre Embleton, Escocia, solo le restaban 30 minutos de combustible.

 

Fue detectado por un puesto de Observadores Reales (ROC) en Ashirck y despegaron aviones de la R.A.F para interceptarlo, pero el Me-110 era mucho más veloz que los aviones enviados y ni remotamente estuvieron cerca de su trayectoria o cercanía.

 

Después de la llegada a Escocia, lo cierto es que esperaba aterrizar en la propiedad llamada Casa Dungavel, del Duque de Hamilton, quien tenía una pista privada que, según testigos calificados, estuvo iluminada esa misma noche misteriosamente, sobre todo si se tiene en cuenta que eran tiempos de guerra, y contaba además en sus hangares con cajas de repuestos y dos tanques de combustible del mismo tipo del avión en el que Hess volaba.

 

Hess voló muy cerca de esa propiedad (con su pista iluminada, pero según testigos fidedignos se apagaron cerca de las 22.30) buscando la supuesta pista que esta propiedad tenía. Cerca de las 22.45, el combustible sólo le daba unos 5-7 minutos de vuelo más, pero por algún motivo sobrevoló dicha propiedad sin encontrar la pista (estaba con sus luces apagadas) y pasó de largo en dirección a la costa oeste de Escocia, al llegar al mar nuevamente, se deshizo de los tanques adicionales de combustible) y viró en 180° y volvió a buscar la Casa Dungavel, para pasar nuevamente sobre ella a eso de las 22.45, pero las luces no estaban encendidas.

 

El vuelo que realizó Hess se ha discutido ampliamente en círculos de aviación, ya que se necesita ser un expertísimo piloto para realizar la singladura que él hizo.

 

A eso de las 22.50, al acabarse el combustibles, se vio obligado a saltar en paracaídas en Eaglesham, cerca de Glasgow, invirtiendo el avión para zafarse de la cabina del Me-110.

Al llegar a tierra, Hess se dañó un tobillo y un campesino escocés, de manera cautelosa, le auxilió y lo llevó a una guarnición militar, en donde intentó convencer de que era amigo del duque de Hamilton con un nombre falso (Alfred Horn).

 

El emisario de Hitler

 

Éste acude a la mañana siguiente y Hess se presenta con su verdadero nombre, aunque el duque lo ha reconocido porque se habían visto por primera vez en las Olimpiadas de Berlín cinco años antes.

 

El duque declara que no tiene asuntos con Hess. Comunica su deseo de llegar a un acuerdo de paz con Inglaterra y que trae un mensaje de Hitler. Inmediatamente fue hecho prisionero por la Home Guard, para ser recluido posteriormente en la Torre de Londres hasta el final de la Guerra. Todos sus intentos de ser creído fueron absolutamente infructuosos.

 

(Según versión del propio Hess era su tercer intento) para tratar de pactar la paz con el Reino Unido y así cambiar el curso de la guerra, al poder concentrar al ejército alemán en un solo frente contra la URSS. Sin embargo, el prematuro apresamiento de Hess —al momento de tocar tierra cerca de las propiedades del duque de Hamilton— condujo al fracaso su gestión.

 

En el Museo Imperial de Guerra de Londres pueden apreciarse la cola y el motor del avión pilotado por Hess. Se hizo publicar rápidamente el desconocimiento apresurado de ambas partes, Inglaterra y Hitler; este último lo tildó de loco y las cosas no salieron como Hess se esperaba.

 

Repercusiones y controversias

 

Las razones para obrar de semejante forma han sido y son muy discutidas y misteriosas. Por una parte, se sostiene que el propio Hess sabía de antemano que Alemania podía ser vencida en los frentes aliado y soviético, preocupación que Karl Haushofer había manifestado también.

 

Otras razones argumentan su huida por las diferencias que sostenía, no sólo con Hitler, sino con otros dirigentes nazis como Goebbels y, sobre todo, con Martin Bormann y Heinrich Himmler en cuestiones de sucesión al Führer. El asunto es que este vuelo había sido preparado con algunos meses de antelación.

 

Hess era un experto piloto de Bf 110 y preparó su aparato particular para dicho vuelo, colocando tanques adicionales de combustible. Además, los radiofaros guía alemanes se entramaron cuidadosamente para dirigirlo a Inglaterra. Estas maniobras bien pudieron pasar desapercibidas para la Abwehr, Himmler o Reinhard Heydrich.

 

Quizás el elemento más controvertido es el testimonio dado por una sirviente de la Casa Dungavel que precisó que además de tener las luces de la pista encendida momentos antes de la pasada de Hess, esa noche del 10 de mayo, sea el hecho de que viera en los hangares privados de la pista, cajas conteniendo tanques fabricados en Ausgburgo-Alemania, del mismo tipo que el usado por el Me-110.

 

Hitler se enteró en la mañana del día 11 a través de un sobre que le entregó el secretario de Hess, con una larga carta de éste en el interior, en la cual le decía al Führer que, en caso de que saliera mal la aventura de llegar a la paz con Inglaterra antes de invadir la URSS, podría argumentar que estaba loco. La reacción alemana no se hizo esperar, pues Goebbels, como Ministro de Propaganda del régimen, catalogó el día 12 la actuación digna de un loco desmedido. Horas después, la BBC anunciaba la captura de Hess, que sería reemplazado en el cargo por Martin Bormann.

 

Según algunos historiadores, para Hitler fue un acto de vil traición, pues temía que los secretos de la invasión a la URSS fueran revelados, y para esta última nación, fue un acto que no le valió el perdón. Pero existen evidencias que avalan que Hitler sabía de esto y lo obrado por el Ministerio de Propaganda Alemán fue sólo un pantallazo.

 

Juicio, prisión y muerte

 

Después de su estancia en el Reino Unido, Hess tuvo que ser devuelto a su país al final de la guerra, no en calidad de héroe, sino de criminal de guerra.

 

Decaido y demacrado físicamente, fue juzgado en Núremberg a causa de todas las decisiones que tomó y firmó en su cargo de ministro durante el régimen nazi, siendo condenado a cadena perpetua el 1 de octubre de 1946 y recluido en la prisión de Spandau, en la zona aliada de Berlín.

 

Tras la puesta en libertad de Albert Speer en 1966, Hess quedó como único preso de la cárcel de Spandau durante más de 20 años, hasta su muerte. En los años 80, el caso Hess dividió a la opinión pública inglesa acerca de su posibilidad de excarcelarlo, pero la justicia británica hizo oídos sordos a estas corrientes de opinión, empecinándose mantener en prisión a Hess a pesar de los gastos que originaba a la corona por su manutención e infraestructura carcelaria.

 

Sus guardianes decían que su salud mental estaba muy deteriorada y que había perdido la memoria. En los últimos años de su vida se intensificó el debate acerca de su liberación por razones humanitarias, pero el gobierno británico mantuvo su decisión de no proporcionarle la libertad. Sin embargo, Hess murió repentinamente el 17 de agosto de 1987, a los 93 años de edad.

 

Bibliografía

 

  • DOROESTE, Tomás: Grandes Enigmas: El fascinante mundo de lo oculto. Editorial Grupo Océano, Barcelona, España. Págs. 530 a 536.
  • "El enigma Hess" de Martin Allen. Editorial Planeta 2004.
  • Shirer, William J. The Rise and Fall of the Third Reich. New York: Simon and Schuster, 1960.

Enlaces externos

 

 

Colaboradores de Wikipedia. Rudolf Hess [en línea]. Wikipedia, La enciclopedia libre, 2009 [fecha de consulta: 20 de agosto del 2009]. Disponible en <http://es.wikipedia.org/w/index.php?title=Rudolf_Hess&oldid=29015598>.

 

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