Jaume Rebassa         ¡Siempre solidaridad! [Locaut Textil]

Muchas veces se ha dicho y con razón, que la clase patronal más refractaria a conceder mejoras a sus obreros es la de España.

Si, dentro de los límites de España. Buscásemos a los patronos más sistemáticamente opuestos a las justas reivindicaciones obreras, y al cumplimiento de las leyes protectoras del trabajo, no cabe duda de que los hallaríamos en Mallorca, en esta tan ponderada Ille de la Calma, en donde lo que parece estar más calmado es el espíritu de justicia social.

Si el historial de la actuación patronal de Mallorca no rebosara en hechos que corroboran esta afirmación, el Loucat que desde ha dos meses tienen declarado los patronos del ramo textil, seria más que suficiente probarla.

La intolerancia de la patronal de Mallorca tendría explicación si la clase obrera, como en otros países, habiendo alcanzado cierto grado de organización y conciencia de clase, con sus exigencias reiteradas imposibilitara el normal desenvolvimiento de las industrias, pero ante las modestas pretensiones que caracteriza a la clase trabajadora de Mallorca, lo repetimos, no acertamos a explicárnosla, y mucho menos por lo que afecta al Loucut del ramo textil cuyo personal, en casi su totalidad femenino, trabajaba en condiciones impropias de nuestra época y lugar.

Cuesta trabajo creer que se pueda provocar un conflicto de las graves consecuencias que en sí encierra el del ramo textil, sin causa justificada; sin embargo nada más cierto.

Como es sabido los obreros reclaman el disfrute legal de 8 horas y los mismos salarios que percibían en el momento de hacer la reclamación. Los patronos se niegan alegando que no acceden, en primer lugar porque la competencia peninsular no les permite trabajar la jornada de 8 horas con los mismos salarios, ya que el transporte de materiales y productos elaborados implica gastos que no tienen sus similares del continente, y en segundo lugar porque la abundancia del trabajo no les permite trabajar menos de 56 horas semanales.

En cuento a los gastos de transporte, es una teoría que no puede convencer a nadie, por cuanto los salarios del ramo textil en el continente son un 75% más elevados que los que disfrutaban los obreros del mismo ramo en Palma, de lo cual se colige que los que hacen la competencia con ventaja, son los fabricantes de esta. Y por lo que se refiere a la imperiosa necesidad de trabajar jornadas largas para poder atender a la gran demanda, es una argucia que se cae por su propio peso, ya que por avenirse al cumplimiento de una ley internacional que casi todo el mundo acata, va ya dos meses que por voluntad patronal sus fábricas están cerradas. ¡Cuántas horas extraordinarias no se necesitarán para recuperar estas diez semanas de Loucut!

Pero a los obreros ya no se les convence con tonterías, y a través de estos hipócritas alegatos saben ver las inconfesables ambiciones patronales, que no son otras que aumentar sus saneadas ganancias, aún que paralelamente aumenten las miserias de sus odiados obreros. De aquí la heroica resistencia del personal del ramo textil, digna por todos conceptos de la solidaridad más entusiasta, solidaridad que por deber de compañerismo y por la defensa de los intereses de toda la clase trabajadora ésta debe prestarle pródigamente. Porque la patronal no se limita a defender sus intereses, sino que va contra la evolución universal, contra este movimiento de justicia social que está desarrollando en el mundo civilizado, del cual, esta gente quiere que Mallorca sea una excepción, y para evitar esto, como para cumplir con nuestro deber con los obreros del ramo textil, nuestro lema debe ser: ¡Solidaridad moral, solidaridad material … siempre  solidaridad!

J. Rebasa

Palma febrero de 1926

EL OBRERO BALEAR nº 1243

5 de febrero de 1926