LA CASA DEL PUEBLO - Inauguración – Velada

Como ha venido anunciándose, el sábado día 28 a las nueve de la noche inaugurose el palacio que las Sociedades Obreras de Madrid han adquirido en propiedad.

Mucho antes de la hora anunciada, los amplios salones del nuevo edificio veíanse visitados por la mayoría de obreros con sus familias.

El acto dio principio con un mitín presidido por el compañero Galán, el cual pronunció un discurso alusivo al acto, haciendo historia de los esfuerzos realizados por las Sociedades desde el año 1874, que se constituyó el Centro de la calle de Relatores, hasta hoy en que tienen casa propia.

A continuación hablaron un tipógrafo y un albañil, que saludaron a todos sus compañeros y felicitáronse por la prosperidad de las Sociedades obreras.

Habló después el compañero Azedo Gnecco socialista portugués, que saludó en nombre de sus compañeros a los obreros españoles.

Después hablaron los compañeros Mora y Quejido.

Se suspendió el mitin, y el maestro Villar ejecutó varias composiciones al piano y la compañera Moreno cantó fragmentos de ópera, acompañada por el citado maestro.

El acto terminó con un discurso del compañero Iglesias, que saludó a los delegados del extranjero y provincias, venidos expresamente a honrar la fiesta, y aconsejó la unión de los obreros y la perseverancia hasta conseguir el triunfo del Socialismo.

El compañero Galán, antes de disolverse la reunión, excitó a los obreros a que acudiesen a la manifestación que se celebraría el domingo, día siguiente, a las diez de la mañana, para trasladar las banderas desde el antiguo Centro de la calle de Relatores a la nueva Casa del Pueblo.

El resto de la velada, pasároslo las familias obreras en el restaurant y en los distintos salones de la Casa.

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La manifestación que se organizó el domingo para trasladar las banderas, fue en extremo interesante, según los datos adquiridos de la prensa burguesa madrileña, pasaba de treinta mil el número de manifestantes que con sus cincuenta estandartes y banderas constituían el ejército del Trabajo, símbolo de paz.

No hay que extrañar pues, que el acto del domingo sea de grato recuerdo para los obreros madrileños.

EL OBRERO BALEAR

Núm. 363, 5 de diciembre de 1908.

 

fideus/