Bernardo Galmés

 Muy pronto va a ser juzgado y tal vez condenado a prisión por un Tribunal militar el entusiasta y admirado joven socialista palmesano cuyo nombre encabeza estas líneas. La malhadada y antiliberal ley de jurisdicciones le ha convido en sus metálicas y estrechas mallas y difícil será que pueda escapar venturosamente de la red militar que lo envuelve, a pesar de que casi todo su delito consiste en haber copiado unos párrafos del semanario “La Lucha” de Barcelona, publicándolos en EL OBRERO BALEAR.

 

Conocemos el temple de Galmés y el arraigo profundo que en su conciencia tienen las ideas socialistas y ello nos da la seguridad de que en la difícil situación de ahora no ha de faltarle serenidad ni espíritu de sacrificio para soportar con valentía todas las consecuencias que puedan derivarse del Consejo de Guerra que ponto le juzgará. Todas las causas grandes han necesitado siempre de sus mártires para triunfar y de esto está bien convencido el joven Galmés.

 

Mas cuando un compañero como Galmés, que sacrifica su juventud y sus recreos en aras del socialismo y de la causa obrera, que contando solamente unos 24 años de  edad hace unos seis o siete que todas las noches y días festivos los dedica por completo al estudio y a la lucha por las ideas, que con ser tan joven se ha visto ya tres veces envuelto en procesos por la misma causa, que debido a su gran voluntad y a su vocación por el estudio ha alcanzado una cultura poco vulgar entre los trabajadores palmesanos, llegando a conocer bastante bien las teorías científicas del socialismo, que de analfabeto absoluto ha llegado a ser uno de los mejores y más asiduos redactores del EL OBRERO BALEAR, siendo sus escritos leídos con deleite por lo sustánciales; en una palabra, un socialista entero como Galmés, honrado, trabajador, inteligente, modesto, activo y consecuente en todo no debe estar solo en trances como éste, sería un crimen de ingratitud y leso compañerismo dejarlo solo, no puedo creer que los socialistas y trabajadores palmesanos y mallorquines lo dejen abandonado, sin apoyo de ninguna clase en medio de su infortunio.

 

Si Galmés es condenado, que lo será, ¡vaya si lo será! Pensemos que su pobre madre, además del disgusto de ver a su querido hijo encarcelado perderá el sustento, y pensemos también que el rancho de la cárcel no deben comerlo más que los ladrones y asesinos, no aquellos hombres que el motivo de estar encarcelados es precisamente por hacer bien a los demás hombres que el motivo de estar encarcelados es precisamente por hacer bien a los demás hombres, por rebelarse contra las injusticias sociales; por legar a los demás el patrimonio de la libertad, esa libertad por la que tantísimos hombres han dado su vida y por la que nuestro camarada Galmés seguramente tendrá que soportar las duras penalidades de la prisión.

 

No, al lado del compañero Galmés debemos estar todos los trabajadores palmesanos del mismo modo que todos estuvieron al lado mío en el asunto Estrany. Si víctima fui yo de las persecuciones de un patrono víctima será Galmés de otras persecuciones más odiosas aún que aquellas. No olvidemos que el enemigo del obrero no es solamente el patrono, es todo el régimen patronal con las instituciones que lo sostienen y una de esas instituciones es la que persigue y la que juzgará y condenará a Galmés.

 

Preparémonos pues para ayudarle con todas nuestras fuerzas morales y materiales a fin de que en su probable infortunio no le falte ni a él ni a su madre lo que nuestra vergüenza obrera no debe permitir que le falte: Solidaridad.

 

Lorenzo Bisbal

 

EL OBRERO BALEAR

Núm. 808, 3 de agosto de 1917

CRISIS DE SUBSISTÈNCIES