NOTAS SUELTAS / Liberales de cartón
Dichos exdiputados manifestaron sus deseos de
complacer a las izquierdas pero D. Bernardo Amer
y el Comité del Partido Liberal lo han impedido,
poniendo el veto al pueblo mallorquín para que,
una vez más, no pueda ejercer sus derechos de
ciudadanía votando a los diputados de su
confianza.
El domingo próximo serán proclamados, pues, por
el artículo 29, los diputados de siempre, a
espaldas del pueblo y contra las voluntades del
pueblo.
Y todo ello se podrá agradecer a los liberales
de cartón como D. Bernardo Amer y compañía.
Esto si el pueblo cansado de soportar tanta
burla y podredumbre caciquil, no sube al salón
del Ayuntamiento el día de la proclamación de
candidatos y no hecha por el balcón a toda la
farándula de sinvergüenzas de la política, como
medida de higiene pública.
Que ya es muy necesaria y de urgente aplicación.
Los que roban al público
Hace ya dos semanas con motivo de la denuncia
del compañero
Bisbal
fue hallada a un comerciante de la esquina de la
calle de La Herrería harina que analizada en el
laboratorio municipal resultó ser averiada y
nociva hasta para los animales.
De hecho se dio cuenta en una sesión del
Ayuntamiento y hasta se acordó pasara el asunto
a los tribunales.
Pero el comerciante no ha sido molestado por
ningún juez y sigue gozando de planea salud y
libertad para vender al público, no sabemos si
la misma harina de condiciones nocivas hasta
para los animales.
Que todo pudiera ser dado el proteccionismo que
dispensan ciertos Tenientes de Alcalde a los
envenenadores del público paciente.
oooooOooooo
En la pescadería de nuestra Plaza de Abastos o
lo que sea, se roba también al público que es un
contento.
Y a las mismas barbas de la guardia municipal y
de los celadores, que es lo peor.
Pues todos los días y a todas horas se vende el
pescado a mayor precio que el de tasa y aún los
compradores son objeto de toda clase de insultos
por parte de las todopoderosas pescadoras.
Y es que las hay que, según se dice, tienen
chalao
e hipnotizado a cierta autoridad municipal que
ejerce mando en la Plaza de Abastos y además
reservan el mejor pescado para comérselo gratis
quien debiera pagarlo e inspeccionar su venta.
Así se explica que las continuas quejas y
denuncias del público que va a comprar pescado
no tengan eficacia alguna.
¡Cuanta falta hace que el pueblo coja una escoba
y haga una buena limpieza de los empleados que
paga y no cumplen con su deber?
Es la única manera de moralizar la
administración.
oooooOooooo
Y de carbón ¿qué? Pues nada; que ni se cumple la
tasa, ni se da el peso, ni se vende carbón.
Esto de no venderse carbón parecerá cosa extraña
para quien no sepa quien no hay carbón en las
carbonerías y que el poco que hay lo venden
bautizado con agua de la fuente de la villa. Y
le dan los carboneros tal remojón que no hay
quien lo encienda, pues lleva más cantidad de
agua que de carbón.
Para que vean nuestros lectores hasta donde
llega la barra de los carboneos, véase la
siguiente muestra:
El pasado domingo un carbonero de la Plaza de la
Harina, que, dicho sea de paso, tiene amparo y
protección de un Teniente de Alcalde y de varios
concejales, vendió por una peseta (precio de
tasa) cinco kilos de carbón que sólo resultaron
tres y medio de peso exacto y contenía además
una buena cantidad de agua y otra de tierra. En
total de carbón limpio de matute habría unos dos
kilos y medio, que el comprador pagó a razón de
cuatro pesetas la arroba, ose un 100 por cien
más caro que el precio de tasa.
El hecho fue denunciado a un guardia municipal
quien llevó el carbón y el carbonero al
Cuartelillo del Ayuntamiento, saliendo de él al
poco rato libre y sin costas.
Eso sí, al comprador se le permitió llevarse a
su casa el carbón, el agua y la tierra que le
había costado una peseta sin que se le pidiera
el nombre siquiera para restituirle en su día
del dinero equivalente a la falta de peso del
carbón comprado.
Y lo milagroso es que no se lo llevasen atado a
los capuchinos por haber incomodado y denunciado
al carbonero.
Núm. 836, 15 de febrero de 1918 |