HAY QUE VENCER

Es, incluso cuestión de higiene social, el conseguir completa derrota en las próximas elecciones municipales, a la taifa mauro-conservadora clerical. Todos cuentos sintamos arder en nuestros pechos anhelos de libertad y progreso, todos aquellos que quieran ver nuestra patria marchar al unísono con las naciones civilizadas, debemos poner en ello especial empeño.

 

Contra quienes hicieron pesar sobre España la más aguda e inicua de las reacciones provocando con su loca insensatez violenta indignación universal; contra quienes por supina impresión por innata crueldad o por vanidosa soberbia, queriendo, en su orgullo pasar por los mejores patriotas, llevaron imprudentemente y sin consultar al país la nación a guerrear en el Rift, y a nuestros soldados sin compasión al degolladero del barranco del Lobo, donde inconfesado, por lo enorme, número de hijos del pueblo fueron cazados como conejos por las Kábilas rifeñas y encontrando entre las infructuosidades de aquellos breñoles, tan trágica muerte que, no pocos, sino muchísimos cuerpos estuvieron insepultos para ser pasto de cuervos y buitres; contra quienes tienen por jefe al funesto hombre que en su intolerable soberbia ha osado calificar de patules, canalla mundial y detritus de cloaca a cuantos se atreven a no opinar como él ni rendirle pleitesía; contra quienes, para recabar votos para sus candidatos o firmas para llenar lacayuno mensaje de adhesión a Maura, no reparan en medios y los mismos apelan para hinchar lo segundo a la firma del inocente colegial que a la del infeliz que ni siquiera es capaz de entender de lo que se trata, que se valen del soborno, la coacción, la vil amenaza y la inmoral compra del sufragio del elector para conseguir lo primero; contra los que finalmente, para llenar su objeto no tienen empacho en poner de por medio clérigos, monjas y comisiones de señoras más o menos respetables que van postulando adhesiones; contra esa gente, decimos, todas las armas lícitas deben emplearse para combatirlos y hacerles morder el polvo en los comicios el día de la lucha electoral y cuantas ocasiones se presenten.

 

Todos los ciudadanos que en algo estimen su dignidad de hombres libres, deben contestar como se merece al desvergonzado que se atreva a ofrecerles dinero por su sufragio, porque eso equivale a vender la conciencia por un plato de lentejas, como Esaú su primogenitura; el que pretende recabarles el voto apelando a la coacción o amenazándoles con irrogarles perjuicios si no se allanan a lo que se les exija, envíenle noramala o contéstele con razones contundentes, que bien merece un buen puñetazo el follón que se preva de aquel medio para obligar a otro a cometer una bajeza, al que de cualquier modo innoble pretende cohibir la libre expresión de la voluntad del ciudadano en su cualidad de elector despreciándolo y castigándolo cual merece, se hace obra de saneamiento social y de moralidad.

 

Obrando así, no dudéis, trabajadores demócratas y liberales todos, que la victoria de la candidatura de coalición democrática preparará la derrota definitiva del maurismo y su secuela la de los reaccionarios de toda ralea y ante el Mundo civilizado y ante nuestra propia conciencia habremos obrado como buenos.  

  

EL OBRERO BALEAR

Núm. 403, 27 de noviembre de 1909

 

fideus/