Contra la ley de Jurisdicciones

Hay que derribarla. Es una vergüenza la existencia de una ley que pena la posibilidad de delito, que concede atribuciones anticonstitucionales a los elementos militares, que atropella la libertad de imprenta y de palabra, conquistas tan indispensabels en las luchas de nuestros días.

Hay que derribar una ley que en reciente sentencia condena la tendencia de unos discursos perfectamente lícitos, en los que no hubo ataques a las instituciones armadas, porque no fue esa la intención de los oradores ni el propósito de los organizadores de aquel acto.

Hay que derribar una ley que se aplica impunemente a periodistas tan conservadores como el director del La Correspondencia de España, a quien nadie supondrá enemigo del ejército, y a ciudadanos que no han podido delinquir, como el presidente del mitin de Barbieri, que no habló, como es sabido, a menos que se considere discurso la simple enunciación del objeto del acto aquel.

Hay que derribar una ley dictada para perseguir a los separatistas y falseada en la práctica, puesto que se ha aplicado a hombres de todos los partidos, de todas las ideas, siempre con escasa razón para ello.

Y, como hay que derribarla, el Comité Nacional de Juventudes Socialistas excita a las Secciones todas a celebrar actos que cvontra esa ley vayan, omitiendo en esa escabrosa campaña cuento pueda dar carne al enemigo.

Pero si es conveniente ser cautos en esta labor, no creemos deba confundirse la cautela con el miedo, y seguros estamos de que en las filas de los jóvenes socialistas no se ha conocido esa enfermedad de la política habilidosa, que consiste en esconder la mano apenas ha sido arrojada la piedra.

Cara a cara lucharemos contra la ley de Jurisdicciones. Y ante esta lucha, de actualidad, dde imprescindible actualidad, suspenderemos la campaña que en pro del servicio militar obligatorio debíamos verificar, que en momento oportuno reanudaremos.

Por hoy estimamos urgente una campaña preparatoria del gran movimiento nacional que en marzoi próximo desarrollaremos.

Porque el 23 de marzio se cumplirá el IV aniversario de la promulgación de la nefasta ley de Jurisdicciones, y en esa fecha deberá realizar España entera un movimiento grandioso, que nos incorpore a Europa.

Tenemos fe en nuestro Partido. La tenemos en la Conjunción republicano – socialista. Pero las Juventudes Socialistas deben ir a la vanguardia de todo movimiento progresivo, y ninguno como éste lo será tanto ni nunca estará más justificada nuestra actitud decidida.

Preparémos, pues, a hacer algo grande contra la ley de Jurisdicciones, la odiosa ley de excepción tan denigrante para los hombres liberales de veras.

Si en España los hay, ahora lo hemos de ver, en marzo próximo.

Por nuestra parte, siempre aquedaremos con la satisfacción del deber cumplido, para cuya realización no escatimaremos nada: ni la libertad ni la vida.

EL OBRERO BALEAR

Núm. 467, 25 de febrero de 1911

 

fideus/