Nuestra actitud

 

Es conveniente quede bien definido en las actuales circunstancias y ante la proximidad de las elecciones municipales. La conjunción acordada por nuestro Partido con los elementos republicanos para fines concretos, implica necesariamente la coalición electoral con ellos en toda España hasta que nuevos acuerdos decidan otros rumbos.

 

Esta línea de conducta a seguir por nuestros correligionarios se determinará fácilmente allí donde las fuerzas monárquicas y republicanas hállanse frente a frente en todos sus matices, pero presenta diferente aspecto donde, como en Palma, las huestes liberales de la Monarquía vayan a las urnas unidos con los parciales de la República.

 

En este caso, nosotros, los socialistas palmesanos, nos encontramos ante la coyuntura de no sernos posible cumplir en este respecto, cual quisiéramos, lo propuesto a la resolución del Partido. La circunstancia de ir coaligados, republicanos y liberales monárquicos nos pone en especial terreno. La coalición tal y como lo propone el Comité Nacional se hace difícil y no vemos solución más adecuada que la de apoyar resueltamente la candidatura que presentan los dos partidos coaligados, para que nuestro esfuerzo resulte todo lo eficaz posible en la lucha entablada contra las fuerzas neo-mauristas y ultracatólicas.

 

De retraernos, a más de no concordar con nuestro modo de ser, entenderíamos abandonar el campo en el fragor del combate; y de haber resuelto ir solos a las urnas en los actuales momentos sería hacer el juego al enemigo, pues nuestros votos serían fuerzas restadas a los que el día de las elecciones representarán la Democracia y la Libertad.

 

Hubiéramos deseado que la coalición hubiese presentado la batalla en todos los distritos electorales, pues en la lucha se templan los ánimos y se deslindan los campos, aunque se expongan a la derrota en alguna que otra parte, porque nosotros, que no nos espolea la impaciencia por alcanzar concejalías, entendemos que hay derrotas que son victorias muy para tenidas en cuenta.

 

Nuestro apoyo espontáneo a la candidatura que se presente, preferiríamos que hubiese podido ser absolutamente desinteresada. La inclusión en ella de nuestro compañero Roca por el 7º Distrito, que los republicanos acordaron, no era necesaria para que con todo nuestro ardor trabajáramos por el triunfo de los candidatos liberales y republicanos. Siendo nuestra decisión la de luchar resuelta y eficazmente contra las fuerzas reaccionarias, no necesitábamos estímulo para cumplir con nuestro deber.

 

De todos modos nos hubieran encontrado en la brecha.

  

EL OBRERO BALEAR

Núm. 402, 20 de noviembre de 1909

 

fideus/