La huelga de curtidores La entereza con que estos compañeros vienen sosteniendo la lucha desde su planteamiento, es digna de tenerse en cuenta; han transcurrido ocho semanas y ahí los tenéis, según he podido notar, decididos a continuarla. Los patronos al principio creían que seria cuestión de tres semanas a lo más, la resistencia opuesta por los obreros; por lo tanto, no se preocupaban de los resultados. Hoy el aspecto ha cambiado por completo; las tres semanas pasaron como igualmente han transcurrido otras tres, y aún es la hora que el huelguista tenga que recurrir, aguijoneado por el hambre, a implorar perdón a quien le explota. Durante el curso de la huelga, han gozado los patronos cuando se han encontrado con algún huelguista por la calle; se les podía contemplar altaneros (salvo raras excepciones) y provocativos. En la actualidad, la altivez se ha trocado en modestia y se les ve cabizbajos y pensativos. Los obreros aunque también continúan invariablemente su actitud y dispuestos están a continuar, mientras la solidaridad se manifieste a su favor; pues aún sufriendo las vicisitudes que imponen esta clase de luchas, responderán con su proceder cual corresponde a los defensores de la causa del trabajo. Núm. 458, 24 de diciembre de 1910
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