SOCIEDAD DE CURTIDORES

La huelga de curtidores

En el curso de esta semana hemos de lamentar un incidente ocurrido con un “esquirol” de la fábrica de don Gabriel Ros y varios huelguistas curtidores.

De las noticias que nos han proporcionado no hay motivo justificado para abultar tanto el hecho; pues carece en absoluto de preparación como alguien ha tratado de propagar; y a no haber agredido con arma el “esquirol”, ninguna importancia se habría dado al incidente; pero como hay bastantes interesados en que el asunto tomarse proporciones alarmantes, queda desde luego aclarado.

El caso según se nos ha manifestado es como sigue: Serían cosa de la una de la tarde del martes, hora que los operarios que trabajan en dicha fábrica salen para ir a comer, que varios huelguistas se apostaron a los alrededores de aquella con el fin de cerciorarse si efectivamente había empezado el trabajo de curtidor, un obrero que su oficio es de zapatero, lo cual resulto cierto, cuando acertaron a pasar junto a los huelguistas dos “esquiroles”, resbalando en aquel comando uno de ellos, lo que causó gracia a aquellos, y al levantarse pronunció contra los huelguistas frases bastante ofensivas y volviéndose de nuevo a la fábrica. El otro “esquirol” que hacia coro con su compañero insultando a los huelguistas, siguió su camino y entonces uno de estos díjole: ¿no les gustaría más hallarse con nosotros? A lo que contestó –qie trabajaba para asistir a su familia; y luego de mal talento dirigiose a su interlocutor esgrimiendo un cuchillo resultando el huelguista herido al tratar de repeler la agresión. Y en aquel momento prodújose una confusión  por creerse que el huelguista había herido al “esquirol”.

Hay que advertir que antes de suceder el incidente, se asegura que el señor Ros alentó al “esquirol”; pues este señor ya prefirió insultos cuando uno de los muchachos que s hallaba por aquellos contornos instaba a otro para que se marchase con él, y oponiéndose el citado señor en la dirección que iban a emprender sin explicarse aún la causa.

De resultas de lo sucedido, se han detenido a siete huelguistas y se les ha incomunicado; y como caso curioso, se nos dice que de todos los detenidos, solo uno presenció el hecho.

También se comenta mucho, el hecho de que el Sr. Bueno acompañado de su hermano, al enterarse de lo sucedido, salio a la calle con un arma en la mano dispuesto a hacer de las suyas con el que tuviera la suerte de tropezarse con el; gracias que no halló a nadie más que a una mujer conocida por María la lampistera que le asió por el brazo logrando hacerlo desistir de su empeño.

El huelguista herido, según la prensa, su estado es de pronóstico reservado, El “esquirol” que se halla en libertad solo le apreciaron algunas contusiones.

EL OBRERO BALEAR

Núm. 460, 7 de enero de 1911

 

fideus/