DE LOS PUEBLOS / MARRATXÍ

 

Al objeto de elegir un nuevo presidente para la Junta Municipal del Censo, por haber dimitido el nombrado a su debido tiempo se convocó a los vocales de la Junta Local de reformas sociales para el día cuatro del corriente a las cinco de la tarde.

 

La hora señalada para la celebración de la citada junta, imposibilita a los vocales obreros de asistir a ella; pues siendo casi todos agricultores y trabajando cerca de una hora de distancia del pueblo hasta la puesta de sol, es saber por anticipado la inasistencia de estos. Sin embargo, uno que este día trabajaba en su casa, pudo asistir a la hora anunciada, hallando completa la representación patronal.

 

Constituyéndose en sesión y, claro está, eligieron presidente para cubrir la vacante al mismo que los patronos propusieron: un señor dispuesto en todas ocasiones a servirles incondicionalmente.

 

A la sesión acudieron cinco patronos, el cura párroco y un obrero, circunstancia ésta que da señalada importancia a su triunfo.

 

Algo más tarde acudió otro vocal obrero el compañero Rotger, que protestó del acuerdo o elección dada la hora de convocatoria de la sesión, pues quedaba demostrada la intención con que habían procedido.

 

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En cuanto al Municipio de Marratxí, su situación económica es tan floreciente, que no se podía hallar un alcalde que quisiese llevar su representación. Pues según se dice por ahí, son tantas las deudas, y a tan grande cantidad ascienden, que, no habiendo podido encontrar un voluntario para alcalde, no ha habido otro remedio que continuar siéndolo el mismo de antes.

 

Este hecho por si solo demuestra la buena administración de la casa municipal y la sinceridad de los que la administran.

 

Y que no se diga que la deuda sea debida al incumplimiento del pago de los impuestos por la clase trabajadora, porque si alguno se descuida unos días ya tiene a la puerta de su casa el encargado de obligar a que se pague derecho tan sagrado, mientras que con los ricos se carece de energías.

 

Y como que tratándose del municipio y de municipes, todo corre parejas, nada tendría de extraño que fuera cierto lo que por ahí se susurra.

 

Pues según algunos, que dicen que están bien informados, la Casa Municipal se ha convertido en casa de … recreo, en donde disfrutan a sus anchas sin temor a ser molestados; loa aficionado a tirar las orejas a Jorge.

 

Y como casi podríamos decir que estos señores gozan de la impunidad concejil, y no es probable tampoco que se de lo de la moral de ciertas personas de viso aquí en Marratxí; pero por lo que pudiera tronar, caso de ser verdad, en ninguna parte estarán tan tranquilos ni tan seguros, pudiendo así dar cumplida satisfacción a su afiación.

 

¿Quién sospechará que en la Casa del Pueblo se reúnen por la noche varios munícipes y no munícipes para tirar a Jorge de las orejas? Quién tal pensara, seria tenido por loco, sin embargo, bastantes son los que lo piensan y en el pueblo no hay ningún loco.

 

EL OBRERO BALEAR

Núm. 410, 15 de enero de 1910

 

fideus/