Friedrich Wilhelm Nietzsche (Röcken,
cerca de
Lützen,
15 de octubre de 1844 – Weimar,
25 de agosto de 1900),
filólogo clásico,
filósofo y poeta
alemán, fue uno de los pensadores modernos más influyentes del
siglo XIX.
Realizó una
crítica exhaustiva de la cultura,
religión y
filosofía
occidental, mediante la
deconstrucción de los conceptos que las integran basada en el
análisis de las actitudes morales (positivas y negativas) hacia la
vida. Este trabajo afectó profundamente generaciones posteriores de
teólogos,
filósofos,
psicólogos, poetas,
novelistas y
dramaturgos.
Pensó
mediante las consecuencias del triunfo del
secularismo de la
Ilustración, expresada en su observación de que
«Dios ha muerto»
en una manera que determinó la agenda de muchos de los intelectuales
más celebrados después de su muerte.
La
característica definitoria de Nietzsche no es tanto la temática que
trataba sino el estilo y la sutileza con que lo hacía. Fue un autor
discutido durante su etapa activa, que acabó con un colapso mental a
los 44 años, pasando a depender de su madre y de su hermana hasta su
muerte en 1900.
Nietzsche
recibió amplio reconocimiento durante la segunda mitad del siglo
XX como una figura significativa en la filosofía moderna. Su
influencia fue particularmente notoria en los filósofos
existencialistas,
fenomenológicos,
postestructuralistas y
postmodernos. Es considerado uno de los tres «Maestros
de la sospecha» (según la conocida expresión de
Paul Ricoeur), junto a
Karl Marx y
Sigmund Freud.
Biografía
Juventud (1844–1869)
Friedrich
Nietzsche nació el 15 de octubre de 1844 en Röcken, un pequeño pueblo
en la provincia prusiana
de
Sajonia, cerca de Leipzig.
Su nombre proviene del rey
Federico Guillermo IV de Prusia, en cuyo 49º aniversario nació.
Sus padres eran
Carl Ludwig Nietzsche (1813–1849), pastor luterano y preceptor
privado en el ducado prusiano
de
Sajonia-Altenburg, y
Franziska Oehler (1826–1897). Su hermana
Elisabeth Förster-Nietzsche nació en 1846, seguida por su hermano
Ludwig Joseph en 1848. Tras la muerte del padre en 1849 y del hermano
menor en 1850, la familia se trasladó a
Naumburgo, donde vivió con su abuela materna y las hermanas
solteras del padre bajo la vigilancia de
Bemhard Dächsel, un magistrado local.
Después de
la muerte de su abuela en 1856, la familia pudo permitirse tener casa
propia. Durante este tiempo el joven Nietzsche asistió a un colegio de
niños para luego trasladarse a un colegio privado, donde se hizo amigo
de dos estudiantes pertenecientes a familias sobresalientes. En 1854
comenzó a asistir al Dongymnasium en
Naumburgo, pero habiendo demostrado un talento especial para la
música y el lenguaje fue admitido en la reconocida
Schulpforta, donde continuó sus estudios desde 1858 hasta 1864.
Aquí se hizo amigo de
Paul Deussen y
Carl von Gersdorff. También encontró tiempo para la escritura de
poemas y composiciones musicales. En Schulpforta, Nietzsche recibió
una importante educación literaria, en especial en el estudio de los
clásicos griegos y romanos, y por primera vez experimentó la carencia
de su vida familiar en un pequeño pueblo de ambiente cristiano.
Durante este período se encontró bajo la influencia del eminente poeta
Ernst Ortlepp.
Después de
su graduación en 1864, Nietzsche comenzó sus estudios en
teología y filología clásica en la
Universidad de Bonn. Por un breve período fue miembro de la
Burschenschaft Frankonia junto a
Deussen. Para disgusto de su madre, abandonó sus estudios de
Teología luego de un semestre, y comenzó los de filología con el
profesor
Friedrich Wilhelm Ritschl. Al año siguiente siguió al maestro a la
Universidad de Leipzig. Allí entablaría una íntima amistad con el
estudiante
Erwin Rohde. Los primeros escritos sobre
filología de Nietzsche serían publicados un poco más tarde.
En 1865 se
familiarizó con la obra de
Arthur Schopenhauer. Al año siguiente leyó Geschichte des
Materialismus (Historia del materialismo), de
Friedrich Albert Lange. Ambas experiencias le resultaron muy
estimulantes desde el punto de vista filosófico, y en consecuencia
comenzó a incursionar en esta disciplina, superando su interés por la
filología. En 1867 realizó un año de
servicio militar voluntario con la división de
artillería prusiana de
Naumburgo. En marzo de 1868 sufrió un accidente ecuestre que lo
excluyó del servicio militar y le permitió volver a enfocarse en el
estudio. Ese mismo año conoció a
Richard Wagner, personaje fundamental en su desarrollo filosófico
y musical.
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Friedrich
Nietzsche, 1861 |
Friedrich
Nietzsche, 1862 |
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Profesor en Basilea (1869–1879)
Gracias a
Ritschl, Nietzsche recibió una oferta extraordinaria por parte de la
Universidad de Basilea para convertirse en profesor de
filología clásica antes de haber completado su carrera
universitaria. Fue el profesor más joven en incorporarse a esa
universidad. En su trabajo filológico de esa época cabe reseñar el
descubrimiento referido a que el ritmo en la métrica poética de los
antiguos dependía únicamente de la duración de las sílabas a
diferencia de la métrica moderna basada en la acentuación.
En 1869 la
Universidad de Leipzig le confiere el doctorado sin examen ni
disertación en mérito a la calidad de sus investigaciones.
Inmediatamente la Universidad de Basilea lo nombró profesor de
filología clásica y al año siguiente Nietzsche obtuvo la
ciudadanía suiza y fue ascendido a profesor honorario.
Después de
trasladarse a Basilea,
Nietzsche renunció a su ciudadanía alemana, manteniéndose durante el
resto de su vida oficialmente sin nacionalidad alguna.[1]
Sin embargo en agosto de 1870 obtuvo un permiso para servir en el
bando prusiano durante la
guerra franco-prusiana) pero sólo como médico camillero ya que la
neutral Suiza le impidió reclutarse como combatiente. Su paso por la
milicia fue tan sólo de un mes, pero vivió múltiples experiencias.
Allí fue testigo de los efectos traumáticos de la batalla. Contrajo
difteria y
disentería, enfermedades que arruinaron su salud por el resto de
su vida.
De vuelta a
Basilea ese mismo año, Nietzsche observó el establecimiento del
Imperio alemán y el auge de
Otto von Bismarck, a quien veía sin embargo como un extranjero y
con escepticismo. En la universidad pronunció su discurso inaugural,
Sobre la personalidad de Homero. En está época conoció a
Franz Overbeck, un profesor de Teología, cuya amistad conservó
durante toda su vida. El historiador
Jacob Burckhardt, cuyas lecturas Nietzsche analizaba
frecuentemente, se convirtió en otro colega influyente. También
durante este período leerá la obra del filósofo
Max Stirner, cuya influencia será notable en él.
Nietzsche
había conocido ya a Richard Wagner en Leipzig
en 1868, y (algo después) a la esposa de Wagner,
Cósima. Admiraba a los dos profundamente, y durante su estancia en
Basilea fue un asiduo invitado en la casa de los Wagner en Tribschen.
Éstos le introdujeron en su círculo más íntimo y agradecieron la
atención que dio al principio al Festival de
Bayreuth. En 1870 regaló a Cósima Wagner por su cumpleaños el
manuscrito de la primera versión de El Origen de la Tragedia.
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Friedrich
Nietzsche, 1869 |
Friedrich
Nietzsche en Basilea, 1875 aprox. |
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En 1872,
Nietzsche publica su primer libro, El nacimiento de la tragedia en
el espíritu de la música. Sin embargo el trabajo, en el cual
siguió un preciso método filológico para estructurar toda su
especulación filosófica radicalmente novedosa, no fue bien recibido
entre sus colegas filólogos, incluido su profesor Ritschl. En el
polémico panfleto Para una filología del futuro,
Ulrich von Wilamowitz-Moellendorff criticó duramente el libro, lo
que contribuyó empero a aumentar su polémica notoriedad en los
círculos filológicos y universitarios de Alemania. En respuesta, Rohde,
por la fecha profesor en Kiel, y
el mismo Wagner salieron públicamente en defensa de Nietzsche. Estos
hechos remarcaron el aislamiento creciente que sentía dentro de la
comunidad filológica, y por ello el filósofo intentó
(infructuosamente) ganar la cátedra de Filosofía en Basilea.
Entre 1873
y 1876, Nietzsche publicó separadamente cuatro grandes ensayos,
David Strauss: El confesor y el escritor, Sobre el uso y el
abuso vital de la Historia, Schopenhauer como educador, y
Richard Wagner en Bayreuth (estos cuatro fueron más tardes
recogidos y titulados, conjuntamente, Consideraciones intempestivas).
Los cuatro ensayos compartían la orientación de una crítica general a
la actualidad cultural alemana, en un intento por cambiar su rumbo,
que Nietzsche preveía como esencialmente falso y equivocado.
Comenzando en 1873, además, también acumuló notas que fueron
publicadas más tarde como La filosofía en la época trágica de los
Griegos.
Durante
este periodo, en el círculo de los Wagner Nietzsche conoció a
Malwida von Meysenbug y
Hans von Bülow, y también comenzó una amistad con
Paul Rée, quien después de 1876 le influyó en la atenuación del
pesimismo de sus primeros escritos. Sin embargo, debido a su decepción
respecto al «fenómeno Wagner», y en concreto al Festival de Bayreuth
de 1876, donde la banalidad de los actos y la vileza del público le
repelieron, fue cada vez más insalvable la distancia del filósofo
hacia este mundo.
En 1879,
después de un declive de salud, se vio forzado a abandonar su puesto
como profesor. Desde su juventud, Nietzsche había padecido frecuentes
momentos de debilidad generalizada, con épocas de carencia visual que
rozaba la ceguera, fuertes migrañas, y violentos ataques estomacales.
Estas condiciones persistentes se agravaron quizá con su accidente a
caballo en 1868 y las enfermedades de 1870, y continuaron afectándole
durante sus años en Basilea, forzándole a tomar vacaciones cada vez
más largas, hasta que le fue prácticamente imposible retomar su
trabajo.
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Kleiner Nietzsche-Kopf“, dibujo de
Hans Olde
pera fotoserie „Der kranke Nietzsche“, 1899 |
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Ruptura con Wagner
Con la
publicación de Humano, demasiado humano en 1878, un libro de
aforismos sobre múltiples temas, desde la metafísica hasta la
moralidad y de la religión al sexo, la distancia de Nietzsche respecto
a la filosofía de Wagner y Schopenhauer fue completamente evidente.
También su amistad con Deussen y Rohde se enfrió. En este tiempo
intentó encontrar una mujer, sin resultado.
Durante sus
primeros años en Basilea se cocinó la ambivalente amistad de Nietzsche
con
Wagner, y aprovechó toda oportunidad para visitar a Richard y a su
esposa,
Cósima. Nietzsche apreciaba a Wagner como un brillante apóstol
catedrático, pero la explotación de motivos artísticos cristianos cada
vez más acentuada, como en
Parsifal, junto con su
chovinismo y
antisemitismo excederían lo que Nietzsche podría soportar. En 1878
la brecha entre los dos sería definitiva.
Filósofo libre (1879–1889)
Conducido
por su enfermedad a encontrar climas más templados, Nietzsche viajó
frecuentemente y vivió hasta 1889 como un autor independiente en
diferentes ciudades. Estuvo muchos veranos en
Sils Maria, cerca de St. Moritz, en Suiza,
y muchos otoños en las ciudades italianas de Génova, Rapallo
y Turín,
y la ciudad francesa de Niza.
Ocasionalmente volvía a Naumburgo a visitar a su familia, y
especialmente durante este período, él y su hermana tuvieron repetidos
episodios de conflicto y reconciliación. Vivía de su pensión de
profesor retirado de la Universidad de Basilea, pero también recibía
ayuda de amigos.
Un antiguo
estudiante suyo,
Peter Gast, llegó a ser su secretario privado. Hasta el final de
su vida, Gast y Overbeck se mantuvieron como amigos en los que
confiar. Malwida von Meysenbug mantuvo una conducta maternal incluso
fuera del círculo de Wagner. Pronto Nietzsche contactó con el crítico
musical
Carl Fuchs.
Nietzsche
se encontraba en el principio de su mayor período productivo. A partir
de Humano, demasiado humano en 1878, Nietzsche publicaría un
libro (o su mayor parte) por año hasta 1888, su último año de
escritura, durante el cual completó cinco. En 1879, Nietzsche publicó
Opiniones y máximas mezcladas, lo que sugirió el aforismo de
Humano, demasiado humano.
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Nietzsche cuando era artillero, 1868 |
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En 1881
Nietzsche publica
Aurora. Reflexiones sobre los prejuicios morales, y en 1882 la
primera parte de
La gaya ciencia. Este año también conoció a
Lou Salomé a través de Malwida von Meysenbug y Paul Rée. Nietzsche
y Salomé estuvieron el verano juntos en Tautenburg, a menudo con la
hermana de Nietzsche, Elisabeth. Sin embargo, la visión que de
Nietzsche tenía Salomé era más la de un estudiante lleno de genialidad
que el de una posible pareja. Él se enamoró de ella y la siguió, a
pesar de que ella estaba enamorada de su amigo mutuo Reé. Cuando le
pidió que se casara con él, Salomé le rechazó. Las relaciones de
Nietzsche con Salomé y Rée se rompieron en el otoño de 1882-1883, en
parte por las intrigas llevadas a cabo por su hermana Elisabeth. En
paralelo a esta historia, Lou Salomé de vez en cuando mantenía
correspondencia con Freud, introduciéndole en el pensamiento de
Nietzsche. En el proceso de aparición de nuevos síntomas de su
enfermedad, aislado tras las discusiones con su hermana y su madre, y
acosado por pensamientos suicidas, se marchó a Rapallo,
donde en sólo diez días, anticipados por dieciocho meses de
incubación, escribió la primera parte de
Así habló Zaratustra.
Después de
varias críticas filosóficas contra Schopenhauer y Wagner, Nietzsche
mantuvo a pocos amigos. Ahora, bajo la impronta personalísima del
Zaratustra sobre sus obras posteriores, su escritura resultó
todavía más «intempestiva» y se le leyó (poco) sólo en la medida en
que pareciera adecuarse a las convenciones morales o intelectuales del
momento. Nietzsche reconoció la situación y se obstinó en su soledad
(«las siete soledades»), incluso aunque a veces pareciera no
resignarse a ella. Abandonó su plan a medio plazo de convertirse en un
poeta público y reconocido y siguió padeciendo los problemas
consabidos con sus libros. Éstos eran tan buenos como poco vendidos.
En 1885, editó únicamente 40 copias de la cuarta parte de Así habló
Zaratustra, y sólo una pequeña parte fue distribuida entre sus
amigos más allegados.
En 1886,
editó
Más allá del bien y del mal. Con este libro y con la aparición
entre 1886 y 1887 de segundas ediciones de sus trabajos tempranos (El
nacimiento de la tragedia, Humano, demasiado humano, y
La gaya ciencia), vio completado su trabajo y se esperanzó con que
una oleada de lectores apreciara sus escritos. De hecho, el interés
por Nietzsche aumentó en esta época, aunque esto fue apenas percibido
por él.
Durante
estos años, Nietzsche conoció a
Meta von Slaisk,
Carl Spitteler, y también a
Gottfried Keller. En 1886, su hermana Elisabeth se casó con el
antisemita
Berhard Föster y viajó con él a
Paraguay para fundar una colonia alemana, un plan al que Nietzsche
contestó con ironía. A través de la correspondencia se puede observar
que la relación de Nietzsche con su hermana continuó por el camino que
siempre había seguido de conflicto y reconciliación, pero no la
volvería a ver en persona hasta después de su colapso.
Nietzsche
continuaba teniendo ataques frecuentes de enfermedad, lo que le
imposibilitó para el trabajo continuo. En 1887, Nietzsche rápidamente
escribió su polémica
Genealogía de la moral. También intercambiaba correspondencia
con
Hippolyte Taine, y después también con
Georg Brandes, quien al comienzo de 1888 desarrolló en
Copenhague la primera lectura pública de la obra filosófica de
Nietzsche y su estudio.
En el mismo
año Nietzsche escribió cinco libros basados en sus voluminosas notas,
fruto de largo trabajo continuado, que en un principio pensaba reunir
bajo el título de La voluntad de poder. Su salud pareció
mejorar y aquel verano estuvo de buen humor. Pero hacia finales de
1888, sus escritos y cartas empezaron a revelar una sobreestimación
patológica de su estatus y destino. Sobrevaloraba la respuesta
creciente a sus escritos, sobre todo por la reciente polémica respecto
a
El caso Wagner.
En su 44
cumpleaños, Nietzsche tuvo un colapso mental. Ese día fue detenido
tras, al parecer, haber provocado algún tipo de desorden público,
perdida ya la razón, por las calles de Turín.
Lo que pasó exactamente es desconocido. La versión más extendida sobre
lo sucedido dice que Nietzsche caminaba por la Piazza Carlo Alberto,
un repentino alboroto que causó un caballo al tropezar y caer junto
con el furgón que arrastraba llamó su atención, Nietzsche corrió hacia
él y lanzó sus brazos rodeando el cuello del caballo para protegerlo,
desvaneciéndose acto seguido contra el suelo. En los días siguientes,
escribió breves cartas para algunos amigos, incluidos Cósima Wagner y
Jacob Burckhardt, en las que mostraba signos de demencia y
megalomanía.
A su colega
Bruckhardt escribió: «He tenido Caiphas puestos. Además, el año pasado
fui crucificado por los doctores alemanes de una manera muy drástica.
Wilhelm, Bismarck, y todos los antisemitas abolidos» (The Portable
Nietzsche, trad. de Walter Kaufmann).
Hundimiento mental y muerte (1889–1900)
El 6 de
enero de 1889, Burckhadrt mostró la carta que recibió de Nietzsche a
Overbeck. El siguiente día Overbeck recibió una carta reveladora
semejante, y decidió que Nietzsche debería volver a Basilea. Overbeck
viajó a Turín y trajo a Nietzsche a una clínica psiquiátrica en
Basilea.
Por ese
tiempo, Nietzsche estaba enteramente sumergido en la locura, y su
madre Franziska decidió llevarle a una clínica en Jena bajo
la dirección de Otto Binswanger. Desde noviembre de 1889 a febrero de
1890,
Julius Langben intentó curar a Nietzsche, sentenciando que los
métodos del doctor eran ineficaces para curar su condición. Langbehn
asumió más y más control sobre Nietzsche. En marzo de 1890, Franziska
sacó a Nietzsche de la clínica, y en mayo de 1890 lo llevó a su casa
en Naumburgo.
Durante
este proceso, Overbeck y Gast contemplaban la idea de qué hacer con el
trabajo no publicado de Nietzsche. En enero de 1889 se pusieron a
planear la salida de El crepúsculo de los ídolos, por esa época
ya impreso y atado. En febrero, ordenaron una edición privada de 50
copias de Nietzsche Contra Wagner, pero el publicista C. G.
Nauman en secreto imprimió 100. Overbeck y Gast decidieron publicar
con reservas
El Anticristo y
Ecce homo debido a su contenido más radical.
En 1893,
Elisabeth Nietzsche volvió de Paraguay después del suicidio de su
marido. Leyó y estudió los trabajos de Nietzsche, y pieza por pieza
tomó control sobre ellos y su publicación. Overbeck fue paulatinamente
relegado al ostracismo, y Gast finalmente cooperó. Después de la
muerte de Franziska en 1897, Nietzsche vivió en Weimar,
donde fue cuidado por Elisabeth, quien permitió a la gente visitar a
su poco comunicativo hermano.
El 25 de
agosto de 1900, Nietzsche murió después de contraer
neumonía. Por deseo de Elisabeth, fue incinerado como su padre en
la iglesia de Röcken.
La causa
del hundimiento de Nietzsche ha sido un tema de especulación y origen
incierto. Un frecuente y temprano diagnóstico era una infección de
sífilis, sin embargo, algunos de los síntomas de Nietzsche eran
inconsistentes con los típicos casos de sífilis. Otro diagnóstico era
una forma de cáncer cerebral.
Otros sugirieron que Nietzsche experimentó un despertar místico,
similar a los estudiados por
Meher Baba.
Mientras muchos comentaristas ven el decaimiento de Nietzsche como no
relacionado con su filosofía, algunos, incluyendo
Georges Bataille y
René Girad, argumentan que este hundimiento debe ser considerado
como un síntoma de un desajuste psicológico trasladado a su filosofía.
En su libro La lucha contra el demonio,
Stefan Zweig presenta una psicobiografía sobre Nietzsche en que
sitúa la
etiología de su locura desde un ángulo puramente psicogénico.
Conceptos clave
Hay una
controversia sobre si Nietzsche abogaba por un único punto de vista de
comprensión filosófica. Muchos cargan contra Nietzsche por la
contradicción de sus pensamientos e ideas.
Una tesis
alternativa en la contradicción de los escritos de Nietzsche es el de
la perspectiva, o la idea de que Nietzsche usaba múltiples puntos de
vista en su trabajo como un medio para retar al lector a considerar
varias facetas de un tema. Si uno acepta su tesis, la variedad y
número de perspectivas sirven como una afirmación de la riqueza de la
filosofía. Esto no quiere decir que Nietzsche viera todas las ideas
como igualmente válidas. Tenía aspectos en los que no estaba de
acuerdo con respecto a otros filósofos como
Kant. Tampoco está claro dónde se posicionaba Nietzsche en cada
tema. De cualquier modo, si uno mantiene los elementos en conflicto de
sus escritos como algo intencionado o no, hay pocas dudas de que sus
ideas siguen siendo influyentes.
Algunos
filósofos han signado al estilo aforístico de Nietzsche como el
responsable de estas aparentes contradicciones en su pensamiento,
llegando a decir por ejemplo que «hay tantos Nietzsches como
lectores». Esta afirmación es algo cómoda ya que sólo pretende
facilitar la explicación de las contradicciones sin intentar
desentrañar su sentido final.
Nihilismo y la muerte de Dios
Para
Nietzsche, el
nihilismo es un advenimiento de unas repetidas frustraciones en la
búsqueda de significado o más precisamente «la desvalorización de los
valores supremos». Nihilismo en Nietzsche se refiere al proceso
histórico que surge en el reconocimiento de un valor sumo y termina en
la asunción o reconocimiento de múltiples cosas valorables al volverse
inoperante lo que antes se mostraba como lo supremo. El nihilismo
acontece en nuestro tiempo como manifestación de la ausencia de una
medida única y al mismo tiempo como la proliferación de múltiples
medidas, que en cada caso, pueden aparecer como válidas. Nietzsche ve
en el despliegue del nihilismo toda fundación de cultura europea, la
que surge como destino necesario de este proceso. La visión religiosa
del mundo había sufrido ya un gran número de cambios por perspectivas
contrarias, cayendo en el escepticismo filosófico, y en las teorías
científicas evolucionistas y heliocéntricas modernas, lo que no hace
más que confirmar la desvalorización de los valores supremos. A lo ya
señalado, hemos de sumar una creciente presencia de lo democrático, la
que se muestra como la afirmación de una individualidad independiente
de Dios y acreedora de la igualdad, de la medianía. La democracia,
aparece a los ojos de Nietzsche como un momento del despliegue del
nihilismo igualmente negador de la vida que los que la antecedieron.
Ambas manifestaciones del nihilismo se muestran a Nietzsche como
negaciones de la vida en la medida en que niegan u olvidan dimensiones
de ella que a su vista aparecen como constitutivas de ella, como
inalienables a lo que a él se le aparece como vida. Estas dimensiones
negadas de la vida se muestran en ámbitos tan determinantes como el
constante darse del devenir y las diferencias entre los hombres.
Nietzsche,
ve esta condición intelectual como un nuevo reto para la cultura
europea, lo que se ha extendido a sí mismo más allá de un pequeño
punto de no-retorno. Nietzsche conceptualiza esto con su famosa frase,
«Dios ha muerto», que aparece en
La gaya ciencia y en
Así habló Zaratustra. Esta frase fue dada también por Hegel
veinte años antes de que Nietzsche naciera. Este aforismo, por una
parte señala el fin de eso que antes aparecía como lo imperante y por
otra indica un terreno fértil, un terreno inexplorado, en el cual
Nietzsche mismo es un colono. A partir de la frase «Dios ha muerto»,
Nietzsche se refiere tanto a la ceguera del pasado en tanto
incapacidad de ver esto, como a la asunción de una nueva posibilidad
de relacionarse con lo que es, posibilidad dada por la asunción de
dicha muerte.
Nietzsche
trata esta frase más que como una mera declaración provocativa, casi
como una revelación, como si representase el potencial de nihilismo
que arrastra el alzamiento y el progreso en el contexto de un concepto
absurdo y sin significado.
«Moral de señores» y «moral de esclavos»
Nietzsche
piensa que hay dos clases de hombres: los señores y los esclavos, que
han dado distinto sentido a la moral. Para los señores, el binomio
«bien-mal» equivale a «noble-despreciable». Desprecian como malo todo
aquello que es fruto de la cobardía, el temor, la compasión, todo lo
que es débil y disminuye el impulso vital. Aprecian como bueno, en
cambio, todo lo superior y altivo, fuerte y dominador. La moral de los
señores se basa en la fe en sí mismo, el orgullo propio.
Por el
contrario, la moral de los esclavos nace de los oprimidos y débiles, y
comienza por condenar los valores y las cualidades de los poderosos.
Una vez denigrado el poderío, el dominio, la gloria de los señores, el
esclavo procede a decretar como «buenas» las cualidades de los
débiles: la compasión, el servicio —propios del cristianismo—, la
paciencia, la humildad. Los esclavos inventan una moral que haga más
llevadera su condición de esclavos. Como tienen que obedecer a los
señores, los esclavos dicen que la obediencia es buena y que el
orgullo es malo. Como los esclavos son débiles promueven valores como
la mansedumbre y la misericordia. Critican el egoísmo y la fuerza.
Enfoque etimológico a la
interpretación de la moral
La crítica
de Nietzsche a la moral tradicional se centraba en la tipología de
moral de «amo» y de «esclavo» y en la descripción de la dinámica que
generan; esta dinámica o dialéctica debe ser conocida por los
«espíritus libres» para conducir a la humanidad a su superación: una
sucesión de continuas superaciones --la moral deja de ser algo cerrado
para ser visto como una dinámica de morales yuxtapuestas y
reconocibles en la dinámica de las lenguas. Examinando la etimología
de las palabra alemanas gut («bueno»), schlecht («malo»)
y böse («malvado»), Nietzsche sostuvo que la distinción entre
el bien y el mal fue originalmente descriptiva, o sea, una referencia
amoral a aquéllos que eran privilegiados (los amos), en contraste con
los que eran inferiores (los esclavos). El contraste bueno/malvado
surge cuando los esclavos se vengan convirtiendo los atributos de
la supremacía en vicios. Si los favorecidos (los «buenos») eran
poderosos, se decía que los sumisos heredarían la Tierra. El orgullo
se volvió pecado. Caridad, humildad y obediencia reemplazaron
competencia, orgullo y autonomía. Clave para el triunfo de la moral de
esclavo fue su presunción de ser la única verdadera moral. La
insistencia en la absolutidad (Absolutheit) es esencial tanto
en la ética religiosa como filosófica. Aunque Nietzsche dio una
genealogía de la moral de esclavo y de amo, siempre sostuvo que esta
genealogía era una tipología ahistórica de rasgos en toda persona.
La voluntad de poder
La voluntad
de poder (Der Wille zur Macht) es un concepto altamente
controvertido en la filosofía nietzscheana, generando intenso debate e
interpretaciones varias, algunas de las cuales, como la notoria
interpretación dada por los intelectuales nazis, fueron intentos
deliberados de justificación de tácticas políticas.
Una manera
de abordar este concepto es por medio de la crítica nietzscheana a la
Teoría de la Evolución de
Darwin. Nietzsche veía en los instintos una fuerza que iba más
allá del sólo impulso a sobrevivir, protegerse y reproducirse de todos
los seres vivos, de sólo ser esto la vida se estancaría. La
supervivencia era una de las consecuencias de un deseo aún mayor,
impulso hacia una supravivencia, un deseo perpetuo de todo ser vivo
por ir más allá de todos, el todo y hasta más allá de sí mismo, más
allá de la muerte. Este impulso irracional o deseo perpetuo por
expandirse impreso en cada ser es lo único que da sentido a la
existencia, paradójicamente «razón de ser» y es la fuerza principal
dentro de la visión trágica o dionisíaca de Nietzsche.
Las teorías
posteriores de Freud respecto al inconsciente probablemente fueron
inspiradas en gran parte por los conceptos de lo Dionisíaco y la
voluntad de poder, las cuales Freud relacionó a los instintos sexuales
primitivos, por encima de cualquier otro instinto, y su represión y
control excesivo por el consciente o parte Apolínea del ser como
generadores de la histeria y otras dolencias.
Amor fati y el eterno retorno
La idea del
Eterno retorno ha sido tratada como un concepto importante en
Nietzsche por muchos, aunque no en todos los intérpretes.
Nietzsche
encuentra la idea en los trabajos de
Heinrich Heine, quien especulaba que llegaría el día en el que la
persona volvería a nacer con el mismo proceso de él mismo, y con el
mismo en todas las demás personas. Nietzsche expandió este concepto
para formar su teoría, la cual resaltó en La gaya ciencia y
desarrolló en
Así habló Zaratustra. En las lecturas de Nietzsche sobre
Schopenhauer, le saltó la idea del eterno retorno.
Schopenhauer sentenciaba que una persona que firmara en la vida
incondicionalmente lo haría incluso si todo lo que le había pasado le
ocurriera de nuevo de forma repetida.
En unas
pocas ocasiones en sus notas, Nietzsche discurre la posibilidad del
Eterno retorno como verdad cosmológica (véase el libro de
Arthur Danto Nietzsche como filósofo para un análisis en
detalle de estos esfuerzos), pero en los trabajos que él preparó para
publicar está tratado como el método más vanguardista de afirmación de
la vida. Según Nietzsche, requeriría un sincero Amor fati
(«Amor al destino»), no simplemente para sobrellevar, sino para desear
la ocurrencia del eterno retorno de todos los eventos exactamente como
ocurrieron, todo el dolor y la alegría, lo embarazoso y la gloria,
esta repetición, más de emociones y sentimientos que de hechos, es lo
que configuraría el tipo y la raza universal y global del por venir,
no como una raza de las ya existentes, sino como una posibilidad
abierta del hombre inacabado como especie genética y lingüística que
debe ser perfilada por el eterno retorno de la superación de sus
previos pensamientos y hechos.
Nietzsche
menciona la idea de lo «horrible y paralizante», y también mantiene
que la carga de esta idea es el peso más pesado imaginable (Das
schwerste Gewicht). El deseo del eterno retorno de todos los
eventos marcaría la afirmación de la vida definitiva.
Según
algunos intérpretes, el eterno retorno es más que el mero concepto
intelectual o reto, refleja una Koan, o una característica psicológica
que ocupa la estimulación consciente etérea, una transformación de
consciencia conocida como metanoia.
Alexander Nehamas escribió en Nietzsche: Vida como Literatura
que hay tres maneras de ver el eterno retorno: (a) Mi vida volverá del
mismo modo. Esto es una aproximación fatalista a la idea; (b) Mi vida
puede ocurrir del mismo modo. Esta segunda visión es una aserción
condicional de cosmología, pero falla al captar lo que Nietzsche se
refiere en La gaya ciencia; (c) Es mi vida por re-ocurrir,
entonces podría re-ocurrir sólo en idéntico modo. Nehamas muestra que
esta interpretación es totalmente independiente de la física y no
presupone la verdad de la cosmología. La interpretación de Nehamas es
que los individuos constituyen ellos mismos a través de las acciones y
la única manera de mantenerse a ellos mismos como son es vivir en una
reocurrencia de acciones pasadas.
El Eterno
retorno cumple pues dos funciones en la filosofía de Nietzsche. La
primera es remarcar el amor a la vida. Los cristianos postulan un
paraíso,
Platón el mundo de las ideas. Nietzsche dice que después está otra
vez la tierra, el mundo: porque no hay nada más. Por otro lado cumple
una función ética. Quien acepta el Eterno Retorno, se previene y
acepta sus actos. Con el dolor que puedan contraer, con el placer que
puedan conllevar: no hay lugar para el arrepentimiento.
Superhombre o Suprahombre
El hombre
es un ser incompleto, pues todo animal da lugar a algo superior. Es un
puente entre el simio y el Superhombre, es algo que debe ser saltado,
superado. El Superhombre es aquel ser que tiene una moral de nobles,
es un noble, y acepta la voluntad de poder: es un hombre legislador,
él crea sus propias normas, morales y de todo tipo, además es un
hombre que somete las cosas a su voluntad, es un hombre vital: ama la
vida y este mundo. Además es un ser que acepta el Eterno Retorno, pues
cuando toma una decisión realmente la quiere tomar, y no se arrepiente
de sus actos. Sabe que la vida es en parte dolor y en parte placer,
pero no reniega de ello, y ama la vida.
Hay
controversia sobre qué o a quién consideraba Nietzsche como «superhombre»
o «suprahombre» (en alemán
Übermensch). No sólo hay ahí cierta base para pensar que
Nietzsche era escéptico sobre la identidad individual y la noción de
sujeto, sino que habría un ejemplo concreto del suprahombre como algo
nuclear. La errónea interpretación de Nietzsche como filósofo
precursor del nazismo
ha llegado a sugerir que el suprahombre es como
Adolf Hitler o incluso como
Benito Mussolini, pero las interpretaciones modernas de Nietzsche,
especialmente después del trabajo de
Walter Kaufman, sugieren que la visión de Nietzsche sobre el
superhombre está más en línea con el concepto de hombre renacentista,
como
Goethe o
Da Vinci. Pero Nietzsche ve al niño como el verdadero superhombre,
este que es inocente, cree en su propia moral, sigue sus propios
valores.
Traducción de Übermensch
Normalmente
se traduce como «superhombre»; sin embargo esta traducción es errónea
ya que el prefijo alemán über significa «superior» como
adjetivo, o «sobre» (como el over inglés). Además Mensch
significa «humano», «persona», esto es, «hombre» en términos de
especie, y no de género. En castellano puede dar lugar a equívocos si
se lo lee con mala intención. Por lo tanto, la traducción más correcta
al castellano sería «humano superior». A veces también se lo traduce
como «suprahombre».
Siempre
debe recordarse que el concepto se contrapone al de «último hombre»,
que representa el último paso de superación del hombre moral, y la
etapa final del nihilismo. Es en este sentido en que debe entenderse
al super-hombre como uno de los objetivos nietzscheanos, y no como una
«calidad» a la que se pueda acceder, o una «categoría» que se pueda
obtener.
La cristiandad como institución y Jesús
En su libro
El Anticristo, Nietzsche escribe sobre cómo la cristiandad se
ha convertido en una ideología establecida por instituciones como la
Iglesia, y cómo las iglesias han fallado a la hora de representar la
vida de
Jesús. Es importante, para él, distinguir entre la religión de la
cristiandad y la persona de Jesús. Nietzsche explicó la religión
cristiana como si fuera representado por iglesias e instituciones a
las que llamaba su «transvaloración» (del alemán Ümwertung) de
los valores instintivos saludables. Transvaloración, es el proceso por
el cual el significado de un concepto o ideología puede ser puesto al
revés a su topónimo. Fue más allá del pensamiento de los agnósticos o
ateos de la
Ilustración, quienes sentían que la Cristiandad era simplemente
falsa. Él afirmaba que ha podido ser deliberadamente infundida como
una religión subversiva (como un arma psicológica subversiva) dentro
del Imperio Romano por el apóstol Pablo como una forma de cobrar
venganza por la destrucción romana de Jerusalén y el Templo durante la
Guerra Judía.
Nietzsche
contrasta a los cristianos con Jesús, a quien admiraba de gran modo.
Nietzsche argumenta que Jesús transcendió las influencias morales de
su tiempo creando su propio sistema de valores. Jesús representaba un
paso hacia el suprahombre. Al final, Nietzsche clama sin embargo: en
contraste con el suprahombre, quien abraza la vida, Jesús negaba la
realeza en favor de su «Reino de Dios». La negación de Jesús para
defenderse a sí mismo, y su muerte, eran consecuencias lógicas de su
desajuste de sistema de ideas. Nietzsche entonces analizó la historia
de la Cristiandad, descubriendo una distorsión progresiva de modo
grotesco de las enseñanzas de Jesús. Él critica a los primeros
cristianos por convertir a Jesús en un mártir y la vida de Jesús
dentro de la historia de la salvación de la humanidad como motivo para
dominar a las masas, encontrando a los apóstoles cobardes, vulgares y
resentidos. Argumenta que la sucesivas generaciones malentendieron la
vida de Jesús, mientras la influencia de la
cristiandad crecía. En el siglo XIX, Nietzsche concluye, la
cristiandad se ha vuelto tan mundana para hacerse una parodia de sí
misma, una total inversión del mundo que era, en principio, nihilista.
Lugar en la teoría ética
contemporánea
Nietzsche
aborda la
ética desde diferentes perspectivas. En términos de hoy en día,
podemos decir que sus obras tocan los ámbitos de la
metaética, la
ética normativa, y la
ética descriptiva.
En lo
referente a la metaética, Nietzsche puede ser clasificado quizá
como un escéptico moral. Esto es en la medida en que afirma que todas
las sentencias éticas son falsas, porque cualquier tipo de
correspondencia entre sentencias morales y hechos es ilusoria y
mendaz. Esta afirmación forma parte de la aquella otra más general
según la cual no existe una verdad universal, pues ninguna corresponde
a la realidad más que de una forma aparente. En realidad, las
afirmaciones éticas, como todas las afirmaciones, son meras
interpretaciones como mínimo siempre parciales sobrepuestas a la
realidad, fundamentalmente ininterpretable.
A veces,
Nietzsche puede parecer tener opiniones muy definidas en lo que es
moral e inmoral. Hay que notar, no obstante, que las opiniones morales
de Nietzsche se pueden explicar sin atribuirle la afirmación de que
son ciertas. Según Nietzsche, no necesitamos descartar una
afirmación simplemente porque sea falsa. Al contrario, a menudo afirma
que la falsedad es esencial para la vida. Curiosamente, en sus
discusiones figuradas con Wagner en
El caso Wagner menciona la mentira deshonesta, como
opuesta a la mentira honesta. Posteriormente menciona a Platón
como referente sobre ésta última. Esto debería dar una idea de los
múltiples niveles interpretativos, a menudo aparentemente paradójicos
si no se toman las debidas cautelas hermenéuticas, de su trabajo.
En la
disyuntiva entre ética normativa y ética descriptiva
distingue entre la moral de señor y la moral de esclavo.
Aunque reconoce que es muy difícil encontrar un ejemplo real de
alguien que mantenga una u otra moral pura sin algún tipo de
yuxtaposición (de hecho era consciente de estar haciendo historia al
vislumbrar «genealógicamente» esta distinción), las presenta, a lo
largo de la historia y actualmente en tanto que pulsiones humanas
atemporales, una en contraste de la otra. Algunos de estos contrastes
de una moral frente a la otra son:
-
Interpretación de lo «bueno» y lo «malo» en oposición a la
interpretación de lo «bondadoso» y lo «malvado».
-
Moral de
la aristocracia frente a la moral del rebaño, de los esclavos, los
oprimidos, los rencorosos por constitución.
-
Determinación de valores independientemente de fundamentos
predeterminados (Naturaleza) por oposición a valores establecidos
sobre fundamentos determinados previamente y no discutidos
(Cristiandad).
Estas ideas
fueron elaboradas en su libro La genealogía de la Moral, en el
cual además introdujo el concepto clave del resentimiento como
base de la moral del esclavo.
También es
conocido como hemos dicho por su frase Dios ha muerto, mientras
en la creencia popular se cree que es Nietzsche de donde procede esta
frase, es puesta en verdad en boca de un personaje, un hombre loco, en
La gaya ciencia. Fue más adelante dicha por el Zaratustra de
Nietzsche. Estas frases malinterpretadas no proclaman una muerte
física, sino un final natural a la creencia de dios. Está altamente
malentendido como una declaración de regocijo, cuando es descrito como
un lamento trágico por el personaje de Zaratustra.
Dios ha
muerto es más una observación que una declaración. Nietzsche no
dio argumentos para el ateísmo, sino meramente observó que, para todos
los efectos prácticos, sus contemporáneos vivían como si dios
estuviera muerto. Nietzsche creía que esta muerte minaba los
fundamentos de la moral y que acabaría por desembocar en el más
completo
nihilismo y relativismo moral. Para evitar esto, él creía en la
revaluación de los fundamentos de la moral para comprender mejor los
motivos y orígenes subyacentes de los primeros. De esta manera los
individuos podrían decidir por sí mismos si un valor moral es obsoleto
o está desviado por imposiciones culturales o quieren realmente tomar
ese valor como cierto.
Opiniones políticas
Mientras un
aire político era fácil de ver en los escritos de Nietzsche, su
trabajo no está de ningún modo pensado para ser un panfleto político.
Afirmó que el poder de un sistema es signo de falta de integridad, no
propuso un sistema de gobierno específico como solución, y nunca se
vinculó a sí mismo con movimientos de masas, organizaciones sociales o
partidos políticos. En este sentido, Nietzsche casi podría ser llamado
un pensador anti-político. Walter Kaufmann enfatiza la visión de que
el poderoso individualismo expresado en sus escritos sería desastroso
si se practicara en las bases reales de los políticos. Escritores
posteriores, guiados por la izquierda intelectual francesa, han
propuesto maneras de usar la teoría nietzscheana en lo que se ha
llegado a conocer como las políticas de diferencias, en especial
formulando teorías sobre resistencia política y sobre diferencias
sexuales y morales.
Revisando
ampliamente los escritos de Kauffmann y otros, el espectro del nazismo
ha sido hoy en día casi extinto de sus escritos. Nietzsche a menudo se
refería como «el rebaño» a los participantes de los movimientos de
masas que comparten una psicología común de la masa. Valoraba el
individualismo y el lenguaje como obra común que nos construye, y era
en especial opuesto a la pena y el altruismo, pero consideraba sus
obras como regalos a la humanidad (una de las cosas que más detestaba
de la cristiandad era su énfasis en la piedad y como esto
supuestamente elevaba a los de mente débil). Despreciaba al Estado
en general, y Nietzsche también habló negativamente de los
"anarquistas" (con este término normalmente se dirigía hacia
demócratas republicanos y no hacia la ideología de tal nombre, la cual
desconocía) y dejó claro que sólo ciertos individuos podían romper la
moral del rebaño.
Visión de los sexos
Los
comentarios de Nietzsche sobre las mujeres han provocado una gran
polémica. El hecho de que Nietzsche también ridiculizara a los hombres
y a la masculinidad no le salva de la carga del sexismo. Sin embargo,
las mujeres con las que tuvo contacto dijeron que era admirable y que
trataba sus ideas y consideraciones con más respeto del esperado en un
hombre educado en ese período. Muchos comentarios de Nietzsche sobre
las mujeres y los hombres deberían ser leídos a la luz de su
reevaluación de la moral y de su deseo de evolución del
individualismo. Además, algunas de sus afirmaciones sobre las mujeres
parecían prefigurar la crítica del post-feminismo contra las versiones
primerizas del feminismo, particularmente aquellas que afirman que el
feminismo ortodoxo discrimina a las propias mujeres en función de su
posición social privilegiada. En este contexto, el pensamiento de
Nietzsche ha sido relacionado con la obra de Schopenhauer «Sobre las
mujeres» (Parerga und Paralipomena), habiendo sido muy
probablemente influenciado por él en algún grado.
La visión
de Nietzsche de la mujer se centra en su papel de madre en potencia, y
no se extiende mucho más allá. Deja a su esperanza decir «¡Quizá
tendré al suprahombre en mis entrañas!», considerándolas en
función de la edad («Las jóvenes y las viejas» de Así Habló
Zaratustra, libro I, sec. 18). Considerando que Nietzsche
emplazaba a la creación de cosas más grandes que uno mismo como la
principal tarea de la vida del ser humano, esta visión debía
simpatizar consecuentemente con el embarazo femenino.
Nietzsche
resalta el valor «real» de la mujer, no siendo ésta tan débil como
aparenta y generalmente el hombre supone. De hecho, Nietzsche creía en
las diferencias radicales en la esencia de los géneros como algo
positivo. Ambos serían capaces de contribuir, cada uno a su modo, a
las grandes tareas humanas, en función de sus respectivas condiciones
sexuales, físicas y psicológicas.
Influencia y recepción de
Nietzsche
Los
escritos de Nietzsche han sido interpretados de diversas maneras, e
incluso existen casos en los que Nietzsche es citado para sustentar
visiones contradictorias.
Por
ejemplo, Nietzsche era popular entre el ala izquierdista de la
Alemania de 1890, pero unas décadas después, durante la
Primera Guerra Mundial, muchos le vieron como la raíz del ala
derecha del militarismo alemán. Tengamos en cuenta que es más factible
que la derecha acepte las máximas nietzscheanas anticompasivas,
belicosas y aristocráticas, en tanto las doctrinas igualitarias como
el comunismo —con la excepción de la belicosidad y fórmulas
anticompasivas aplicadas en el régimen comunista soviético— y la
democracia fueron despreciadas por él. Otro ejemplo se establece en la
época del «Caso
Dreyfus». La derecha antisemita francesa elevó la acusación a
judíos e intelectuales de izquierdas que defendían a
Alfred Dreyfus de ser nietzscheanos. Los conservadores alemanes
quisieron censurar los trabajos de Nietzsche ante el peligro de
subversión en 1894-1895, mientras que la Alemania nazi lo utilizó como
excusa intelectual para promover su idea de la resurrección de la
cultura alemana y de la identidad nacional. Muchos alemanes leyeron
Así habló Zaratustra y se vieron influenciados por el llamamiento
de Nietzsche del individualismo ilimitado y al desarrollo de la propia
personalidad.
Durante el
interbellum, muchos fragmentos del trabajo de Nietzsche fueron
apropiados por los nazis, principalmente por
Alfred Bäumler en La voluntad de poder. Durante el periodo
de dominio nazi, las obras de Nietzsche fueron muy estudiadas en los
colegios y universidades alemanas. Los nazis creyeron ver en Nietzsche
a uno de los padres fundadores. Incorporaron la ideología y el
pensamiento sobre el poder dentro de su propia filosofía política.
Expresiones como La voluntad de poder fueron relacionadas con
el nazismo y proclamadas como paradigma del movimiento. Sin embargo,
existen muy pocas, si acaso alguna, similitudes entre Nietzsche y el
Nazismo. En múltiples pasajes a lo largo de sus obras, Nietzsche
defiende ardorosamente a los judíos, y expresa su rabia contra la
lenta pero imparable corriente antisemita en Alemania, personificada
dolorosamente en su propia familia a través de la figura de su
hermana, que adoptó fervientemente el ideario racista, influenciada
por su marido, para el cual no escatimó el filósofo todo tipo de
improperios en muchas de sus cartas.
Igualmente
uno de los más fervientes estudiosos de Nietzsche fue el reconocido
filósofo alemán Martin Heidegger. Éste fue durante un tiempo el Decano
de la Universidad de Friburgo, donde realiza su famoso discurso en
favor del nuevo führer, por ese entonces, Adolf Hitler.
Si bien es
cierto que el pensamiento nietzscheano fue «utilizado» por el nazismo,
hay que señalar que sus líderes desvirtuaron cualquier relación
ideológica que pudiera haber existido entre Nietzsche y el nazismo. No
así el caso de Mussolini en Italia, el cual realiza el salto
ideológico del socialismo marxista el fascismo, luego de verse
influenciado entre otros pensadores por Nietzsche, haciendo en sus
discursos un uso más correcto de la «contradictoria» y «vitalista»
teoría del filósofo.
Obra
-
Fatum
e Historia (1862)
-
Libertad de la voluntad y Fatum (1868)
-
Homero y la Filología Clásica (1869) (Homer und die
klassiche Philologie. Ein Vortrag)
-
El
drama musical griego (1870) (Das griechische Musikdrama)
-
Sócrates y la tragedia (1870) (Socrates und die Tragödie)
-
La
visión dionisíaca del Mundo (1870) (Die dionysische
Weltanschauung)
-
El
Estado griego (1871)
-
El nacimiento de la tragedia en el espíritu de la música
(1872) (Die Geburt der Tragödie aus dem Geiste der Musik)
-
Sobre
el porvenir de nuestras instituciones educativas (1872) (Über
die Zukunft unserer Bildungsanstalten. Sechs öffentliche Vorträge)
-
Cinco
prefacios para libros no escritos (1872) (Fünf Vorreden zu
fünf ungeschriebenen Büchern)
-
La
filosofía en la época clásica de los griegos (1873) (Die
Philosophie im tragischen Zeitalter der Greichen)
-
Sobre verdad y mentira en sentido extramoral (1873) (Über
Wahrheit und Lüge im aussermoralischen Sinne)
-
Sobre
la utilidad y los prejuicios de la historia para la vida (1874)
(II. Unzeitgemasse Betrachtungen. Vom Nutzen und Nachteil der
Historie fur das Leben)
-
Schopenhauer como educador (1874) (III. Unzeitgemasse
Betrachtungen. Schopenhauer als Erzieher)
-
Richard Wagner en Bayreuth (1876) (IV: Unzeitgemasse
Betrachtungen. Richard Wagner in Bayreuth)
-
Humano, demasiado humano (1878) (Menschliches,
Allzumenschliches. Ein Buch für freie Geister)
-
El
caminante y su sombra (1880) (Der Wanderer und sein Schatten)
-
Aurora. Reflexiones sobre los prejuicios morales (1881) (Morgenröthe.
Gedanken über die moralischen Vorurtheile)
-
La gaya ciencia (1882) Die Fröhliche Wissenschaft)
-
Así habló Zaratustra (1883, I y II; 1884, III; 1885, IV) (Also
Sprach Zarathustra. Ein Buch für Alle und Keinen)
-
Más allá del bien y del mal (1886) (Jenseits von Gut und
Böse. Vorspiel einer Philosophie der Zukunft)
-
La genealogía de la moral (1887) (Zur Genealogie der
Moral. Eine Streitschrift)
-
El Anticristo (1888) (Der Antichrist. Fluch auf das
Christentum)
-
Ditirambos de Dioniso (1888-1889) (Dionysos-Dithyramben)
-
El crepúsculo de los ídolos (1889) (Götzen-Dämmerung,
oder: Wie man mit dem Hammer philosophirt)
-
Ecce homo. Cómo se llega a ser lo que se es (1889) (Ecce
Homo. Wie man wird, was man ist)
-
Nietzsche contra Wagner (1889) (Nietzsche contra Wagner.
Aktenstücke eines Psychologen)
Bibliografía
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Parmeggiani. Introducción y apéndices Marco Parmeggiani.
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Volumen III. Enero
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Andrés Rubio.
-
Volumen IV. Enero 1880/
diciembre 1884, traducción, introducción y notas de Marco
Parmeggiani.
-
Volumen V. Enero 1885/ 23 de
octubre de 1887, traducción, introducción y notas de Juan Luis
Vermal.
-
Volumen VI. 23 de octubre de
1887/ enero 1889, traducción, introducción y notas de Joan B.
Llinares. Índices y apéndices de Antonio Morillas.
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Paul Deussen y
Mazzino Montinari) afirman falsamente que Nietzsche adquirió
la ciudadanía suiza.
Véase también
[editar]
Enlaces externos
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Wikisource
Wikiquote
fideus
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