Ahora más que nunca
Esta verdad quedó demostrada de una manera
palpable en las elecciones del pasado domingo.
¡¡Bravo camaradas!!
El espectáculo de la lucha, nos produjo una
sensación grande de alegría. Aquellos grupos de
obreros y republicanos, llenos de fe en sí
mismos, dispuestos a toda clase de sacrificios,
acudiendo a la lucha como un solo hombre,
demostraron que cuando el pueblo quiere, lo es
todo, que para vencer no necesita más que
unirse.
A su voz, caen deshechas las viejas y foscas
tradiciones que se alzaron fomentando el odio
entre los hombres para afirmar la tiranía. Ya
es. Y será inútil, resistir el vigoroso empuje
de la democracia que surge con luz de aurora
llamando al pueblo para
marcarle la hora suprema de todas las
justicias y ofrecerle el derecho nuevo para
todos los pueblos y para todos los hombres.
La Palma socialista y republicana no se resigna,
no puede resignarse, a vivir divorciada de las
corrientes de opinión liberal y democrática que
hoy invaden los pueblos cultos y libres. La
Palma republicana y socialista no puede seguir
quieta y callada ante la conducta de esos
llamados partidos de turno cuya actuación en la
vida pública ha sido un continuo desprecio de
las leyes, y si no, fresca está en la mente de
todos la política seguida por el gobierno del
señor Dato empleando la mentira y la calumnia en
la prensa, ametrallando al pueblo, clausurando
Centros obreros, secuestrando la documentación,
amordazando a la opinión y deteniendo y
encarcelando ciudadanos que luego se ha visto
que no habían delinquido.
Y por esto acudió el pasado domingo
(especialmente en los distritos tercero y
quinto) a la lucha dispuesta a abofetear a los
presentantes de una política que funda el orden
en la fuerza, y que mantiene los privilegios y
las desigualdades sociales.
La victoria obtenida, debe servirnos de acicate
y de estímulo redoblando nuestros entusiasmos y
nuestras energías para futuras batallas que
tendremos que librar para conseguir el triunfo
de nuestros ideales más queridos. La victoria
obtenida, debe servir de lección a la clase
obrera, para que, en el momento de la lucha, no
se deje dominar por la dádiva, la amenaza, ni la
coacción, demostrando de esta manera saber ser
ciudadanos dignos y libres.
Preparémonos pues, para el día de mañana
derrotar de nuevo a nuestros enemigos,
levantemos en alto nuestros corazones, y al
entretanto griteros_ ¡¡Viva la unión de las
Izquierdas!! ¡¡Viva la clase obrera!! ¡¡Ahora
más que nunca!!
Núm. 823, 16 de noviembre de 1917 |