PARTIDO SOCIALISTA OBRERO
COMITÉ NACIONAL
A todas las organizaciones del Partido
De los Partidos Socialistas de Holanda e Italia,
Dinamarca y Estados Unidos hemos recibido
comunicaciones relacionadas con la situación
creada a la Internacional Socialista por la
guerra actual.
Exceptuando la comunicación de Holanda, las
demás han sido publicadas en nuestro periódico
EL SOCIALISTA, siendo, por tanto, conocido
lo que en cada una de ellas se decía y proponía.
El Partido de Holanda concretábase a proponer la
constitución interina del “Bureau”
internacional en su propio país u otro neutral,
previa la conformidad del
Comité Ejecutivo Internacional a quien
consultaba, y con el objeto de mantener y
facilitar las relaciones de los Partidos
Socialistas de todos los países. Además,
señalaba como prematuros los actuales momentos
para la celebración de un Congreso
extraordinario a favor de la paz.
A todas las comunicaciones hemos dado respuesta.
Apremiados por el tiempo, tuvimos que responder
contrariando nuestros propios deseos, sin
consultar previamente la opinión que el Partido
tenía de la situación actual, la actitud que
ante ella convenía adoptar y si creía o no útil
la celebración del Congreso extraordinario que
proponían los partidos de Suiza e Italia,
mancomunadamente, y los Estados Unidos.
En la respuesta dada a los partidos de Suiza e
Italia se expresa cómo vemos nosotros la
situación creada por la guerra actual; la
actitud que ante ella debemos adoptar como más
conveniente para las aspiraciones de nuestro
ideal socialista, y lo que opinamos respecto a
la celebración del Congreso Extraordinario y a
la constitución interina del “Bureau”
internacional.
Por otra parte, del contenido de dicha carta se
deduce los que respondimos a los partidos de los
países restantes que a nosotros se dirigieron.
Por todas estas razones, nos concretamos a
daros, cuenta de esta gestión, trasladándoos
íntegra la carta expresada, en la que decimos lo
siguiente:
“Hemos recibido vuestra carta circular de 5 del
actual. En ella nos dais cuenta del resultado de
la conferencia celebrada en Lugano entre una
representación de vuestro Partido y el de Italia
y nos consultáis sobre varios puntos.
Con el pensamiento general de vuestra
declaración estamos conformes. Cierto qye, cual
lo demuestran los hechos, es responsable único
de la guerra el capitalismo, y cierto también
que de la presente guerra no se obtendrá la
liberación de la clase trabajadora, sean quienes
sean los países vencedores. Pero estas
deducciones exactas y de acuerdo con el
pensamiento de la Internacional proletaria no
excluyen otras igualmente verdaderas y en
armonía con lo que importa al triunfo de nuestro
ideal.
Sin dejar de señalar al capitalismo de otros
países en lucha como responsables, estamos
obligados a examinar las causas de la guerra
actual, la situación que crea y sus
consecuencias, ajustándonos a la realidad
presente y con el pensamiento puesto siempre en
las aspiraciones del proletariado.
Y el examen de esta realidad nos dice que en la
lucha trágica, preparada y ejecutada por el
capitalismo, se manifiestan dos tendencias y
que. Según venza la una o la otra, librará mejor
o peor la causa de los trabajadores.
De los dos bandos que mantienen la sangrienta
contienda, uno, el provocador de ella y la
expresión más acabada del odioso imperialismo,
se ha movido por propósitos y aspiraciones que,
de triunfar, causarían honda herida al
proletariado y al Partido que al mismo
representa; el otro, aunque llevado a la lucha
principalmente por el interés capitalista, está
mucho menos tocado de imperialismo, y, por lo
tanto, más influido por un espíritu democrático.
¿Puede ser lo mismo para la causa socialista,
para los intereses del proletariado, que triunfe
Alemania y Austria, i que venzan Francia,
Bélgica y demás países aliados? Nosotros creemos
que no.
De vencer el imperialismo austro-germano habrá
un retroceso o un alto para el Socialismo; de
obtener la victoria los países aliados, nuestra
causa realizará grandes progresos, incluso en
Alemania y Austria.
De este modo vemos nosotros las consecuencias de
la descomunal batalla que hoy se libra y de
igual modo creemos que las verán quienes
observen cuidadosamente la realidad.
En cuanto solicitar la paz e influir con lo que
nuestras fuerzas permitan en alcanzarla, creemos
que eso exige que la oportunidad ayude, y que
ayude para hacerla en condiciones provechosas
para la Humanidad.
¿Nos encontramos en ese caso? ¿Qué lenguaje se
habla hoy en los dos bandos? ¿Renunciaría
Alemania, posesionada en estos momentos de
Bélgica, a su anexión o dominio? ¿Cabe procurar
una paz que se sacrifique a país que tan digna y
virilmente se ha mostrado? Entendemos que no.
Respecto a la Conferencia que proponéis, nuestra
opinión es que no debe celebrarse ninguna en
tanto no puedan acudir a ella representaciones
de todos los países donde el Socialismo está
organizado. La labor que se hiciera en una
Conferencia de la que estuvieran ausentes los
Partidos Socialistas de las naciones que están
en guerra sería, a nuestro juicio, incompleta y
acaso equivocada.
Acerca del país en que establezca interinamente
la Oficina Internacional que ordene y metodice
las relaciones de los Partidos Socialistas de
las distintas naciones, hemos designado Holanda,
y hemos hecho esta designación respondiendo a
una carta que recibimos de los camaradas de
dicho país con anterioridad a la vuestra.
De Dinamarca y Estados Unidos también recibimos
otras comunicaciones que suponemos en vuestro
poder.
Prueban todas estas correspondencias que ante
las luchas bárbaras del capitalismo se
manifiesta el sentimiento solidario de los
trabajadores de todos los pueblos. Esto, que no
nos produce extrañeza alguna, nos llena de
satisfacción.
Expuesta queda, queridos compañeros, nuestra
opinión sobre los puntos que nos consultáis, y
podéis estar seguros de que al formarla,
examinando la grave y complicada situación
presente, lo hemos hecho puesto el pensamiento
en los intereses de la clase trabajadora de
todos los países y en los ideales redentores del
Socialismo.”
En su día nuestro Partido si interpretamos su
pensamiento y respondimos, cual correspondía, a
lo que reclaman los intereses del proletariado
internacional y los grandiosos ideales del
Socialismo.
Madrid 9 de noviembre de 1914.- Por el Comité
Nacional:
Pablo Iglesias, presidente.-
Daniel Anguiano, secretario.
Núm. 668, 21 de noviembre de 1914 |