Ignacio Ferretjans                                                LO QUE OCURRE ENTRE LOS ALBAÑILES 

El retoño de los sindicalistas de “dublé”

Otra vez la cizaña maligna quiere introducirse dentro el gremio de albañiles. Tres individuos expulsados por unanimidad de la Casa del Pueblo. quieren atentar contra la unidad de los obreros albañiles. Se titulan sindicalistas, pero no hay tal, los verdaderos sindicalistas repugnan su labor destructiva; en vez de construir, destruyen; en vez de enseñar cultura a las masas obreras, las embrutecen con sus campañas de odios y venganzas. ¿Eso es Sindicalismo? ¿Eso es tener amor a la causa de los oprimidos? ¿Eso es trabajar en pro de la libertad de los trabajadores? No; y mil veces no. En los momentos en que la organización obrera quizá tenga que luchar por defender las mejoras conseguidas a costa de la lucha y del sacrificio, estos individuos mal llamados sindicalistas introducen el confusionismo entre los obreros albañiles, ¿No es un crimen intentar dividir a las masas en estos momentos en que se necesita ser más fuertes? ¿No es un crimen pretender que en luchas intestinas se consuman las energías que hacen falta para luchar con el enemigo?

Lo que ocurre entre los albañiles no ocurre dentro ningún otro gremio. ¿Por qué? ¿Por qué no hay sindicalistas? Si; los hay, pero de buena fe, nobles, honrados, consecuentes con su modo de pensar y enemigos de toda campaña difamatoria. Con estos iríamos del brazo a cualquier parte; con los otros nos repugna su presencia, porque no son sinceros; porque no son nobles, porque no son sindicalistas.

La conducta de estos individuos, en el campo societario, está grabada en el libro de actas. ¡Bonitos datos para su desdichada historia!

¡Espléndidos recuerdos de los mal llamados sindicalistas!.

Yo tengo fe y esperanza de que ese retoño sucumbirá; tengo la esperanza de que ese movimiento escisionista desaparecerá; tengo la certidumbre de que los nuevecitos afiliados al Sindicato de Albañiles y sus Similares de Mallorca (domiciliado en la Casa del Pueblo.) continuarán en su puesto, unidos espiritualmente con los demás gremios del ramo de construcción.

¡Reflexionad, obreros albañiles! ¡sed hombres! Unámonos más apretémonos fuerte en compacto grupo. Despreciemos a los que se van, que no saben mantenerse en su puesto de combate; lo sentimos por los inocentes que les siguen; pero no más.

Nuestra misión es más noble, es más elevada, es más justa. Nuestra misión es emplear todas nuestras energías contra un régimen cuya base es la explotación del hombre por el hombre, para destruirlo, aniquilarlo, reducirlo a escombros, y sobre sus ruinas fundar la sociedad de justicia que todos hemos soñado en nuestras horas de visión futura.

Ignacio Ferretjans

EL OBRERO BALEAR nº 1003

20 de mayo de 1921