Los sin trabajo
Reunión en el Centro Obrero
A las 10 y media de la mañana del pasado
domingo, hora a la que había convocado la
reunión por medio de una convocatoria fijada en
las paredes por toda la ciudad, dio comienzo el
acto, presidiendo el compañero Tomás Rosselló.
Se leyó la convocatoria, dando explicaciones
sobre el objeto de la reunión el compañero
Payeras, como comisionado del Centro Obrero,
indicando que este organismo al convocar a los
sin trabajo había tenido por objeto hacer
presión sobre el Municipio y, a tal efecto, se
había acordado que el Centro Obrero presentaría
una instancia a la corporación popular, apoyando
otra que ya habían presentado los sin trabajo.
Seguidamente se entabló discusión, en la que
intervinieron los compañeros
Asina, Quetglas, Tortosa, Ferretjans,
Bisbal,
Fullana y otros.
Todos dirigieron acerbas censuras contra la
pasividad del Municipio ante problema de tanta
importancia y que con tanta intensidad afectaba
a la clase obrera palmesana.
Se pone de manifiesto, por los que intervienen
en la discusión, verdaderas enormidades, tales
como la misma semana que el Municipio despedía a
los obreros se hacía venir un cura de Madrid, el
cual comió por valor de 811 pesetas en una sola
semana que estuvo en el Gran Hotel.
También se fustigó al Gobernador civil por no
interesarse como debía por los desocupados,
habiendo enviado a los obreros de la Junta de
Obras del Puerto, sin preocuparse de si les
habían dado trabajo o no.
La reunión aprobó el que se hiciera una
instancia, apoyando la primeramente presentada,
mostrándose resueltos los reunidos a adoptar
temperamentos de energía en el caso de que el
Municipio, no atendiera tan justa y humanitaria
petición.
Se recomendó que todos los reunidos y
especialmente los sin trabajo, que avisaran a
todos los que supieran que se encontrasen
desocupados, para que acudieran al Centro Obrero
a inscribirse en unas listas, estando para ello
reunida una Comisión de
Y se dio por terminado el acto por el compañero
Rosselló
El lunes en el Municipio
Dadas las manifestaciones que se habían hecho en
la reunión del día anterior –domingo- de que la
Comisión del Centro Obrero había de presentar la
instancia al Municipio, más excitaciones que se
hicieron en la indicada reunión que se acudiera
a la sesión municipal, buen número de obreros
acudió a presenciar la sesión.
Se entregó la instancia al Alcalde
En el orden del día de la corporación popular ya
figuraban la instancia, de la que no quisieron
ocuparse en la sesión anterior, y un crédito
para desmontes, incluidos dado a a los actos que
se habían celebrado, ya que los sin trabajo,
hacía más de seis semanas estaban pidiendo que
se les colocara, sin lograr que se atendiera ni
siquiera que sus quejas fueran escuchadas.
Transcurrió la sesión larga y pesada dado el
calor que teníamos que soportar, si bien hubo un
concejal joven, barbilampiño y de voz melosa –lo
sabemos por las cuatro o cinco palabras que
pronunció- que procuró distraernos con sus
monerías. Su ingenio es digno de mención: ya
construye un cañón –de papel- ya una cajita como
las de caramelos etc., que entrega a un
compañero que ha hecho un discurso sobre la
cuestión de los veterinarios y esto tiene la
virtud de divertir mucho al interesado: el
concejal joven barbilampiño y de voz melosa.
Entre otros asuntos nos enteramos de que se
nombra un director del Laboratorio Municipal, a
pesar de tener uno.- Se conceden permisos para
obras, se da cuento del asunto de los coches de
alquiler que se resuelve conforme a la petición
de los interesados, aunque el señor concejal
constructor de cañones y cajitas de papel,
lamenta la debilidad del Municipio en ese
asunto.
Se llega al punto de los créditos para desmontes
y se lee la instancia, que del punto en que
figuraba la hizo pasar el señor Alcalde al de
los créditos, el señor Obrador dice que se hace
la petición suya, pero lo dice con muy poco
calor.
El señor Pou, liberal –hace un momento acaba de
llegar- indica que no tan solo ha de preocuparse
de dar trabajo a los obreros, sino de que las
obras sean de verdadera utilidad. Y a pesar de
lo sensato de estas palabras los sin trabajo
creen ver cierta hostilidad en ellas.
El Alcalde indica que son indispensables y,
cubriendo el expediente, que su realización ha
coincidido con la petición de los obreros.
El señor Carbonell, manifiesta que no ha de
proporcionarse trabajo a los que vayan solo para
cobrar, sino a los que quieran trabajar. Todos
los sin t rabajo ven estas palabras una
hostilidad manifiesta, sino ¿por qué no procuran
que el Municipio esté limpio de tal mancha?
Quedan aprobados los créditos, sin que podamos
enterarnos de la cuantía de los mismos y la
Prensa tampoco puntualiza.
Se va a dar lectura de la instancia del Centro
Obrero en apoyo de la anterior, el señor Alcalde
indica que no se lea y nosotros creemos que lo
correcto hubiera sido leerla.
En el despacho de la Alcaldía
Aprobados los créditos se presentaron al día
siguiente, martes 31 de agosto, los desocupados
en el despacho de la Alcaldía, mandándoles el
Alcalde –valiéndose del portero- al maestro de
obras, quien dijo no tenía orden para darles
trabajo.
Indignados los obreros acudieron al Centro
Obrero el cual nombró una Comisión que
entrevistada con el Alcalde obtuvo una inmediata
satisfacción, quedando, por consiguiente todos
los obreros con trabajo.
Se nos insinúa que la forma de proceder del
Alcalde es debida al deseo de no perder la
influencia política sobre los sin trabajo y
obligarles a acudir a la tarjeta o volante de
los concejales para que se les ocupara ¡Están
tan cerca las elecciones!
En el trabajo
A lo que se ve el asunto no se ha resuelto a
satisfacción de nuestro ediles, pues en el
trabajo se quiere obligar -¡por seis reales!- a
desarrollar una actividad impropia, estando
siempre los obreros bajo la amenaza del capataz.
¿Es qué se ha dado órdenes para que se haga la
vida imposible a estos infelices?
Un incidente
Naturalmente , tal proceder tenía que dar sus
frutos, y al trato brutal, y a la palabra
grosera del capataz un obrero indignado, dados
los insultos de que había sido objeto por el
capataz Salvador han venido a las manos, siendo
despedido.
Hoy, sin tiempo para más, hemos de protestar de
tal forma de proceder, e indicar al Alcalde, que
al frente de los obreros deben ponerse personas
que tengan suficiente educación y serenidad para
no dar lugar a tan lamentables incidentes.
Núm. 709, 4 de septiembre de 1915
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