Correspondencia / ARTÁ – LLUCHMAYOR El caciquismo que impera en este pueblo, ha empeorado totalmente la vida de sus pacíficos moradores que no hasta se puede dar un paso sin estar expuestos a ser víctimas de un accidente. Cuando tenían que celebrarse las elecciones municipales, los mangoneadores de las cosas públicas, apelaron a toda clase de coacciones para asegurarse el sillón del Ayuntamiento. Por cierto que a un vecino llegaron a amenazarle de bofetadas, porque se negaba a otorgarles el voto. Otro hecho parecido ocurrió con otro, que querían echarle de la casa que habitaba. Pero no para aquí la cosa. Ahora que ya tienen lo que deseaban, esto es, administrar los intereses del pueblo, lo están haciendo superiormente, pues los automóviles de los caciques llevan una velocidad extremada. Y todo ello con el beneplácito de la autoridad municipal y a despecho de las ordenanzas municipales. Otro cosa original también sucede; hay ciertos empleados municipales que cobrar el sueldo de la Corporación municipal y en lugar de cumplir su misión se procuran otro salario en trabajos ajenos al Ayuntamiento. Todo esto los trasladamos al democrático gobierno de Canalejas , para que lo incluya en su programa. Aunque mentira parezca, la conjunción Republicano – Socialista de esta localidad, tuvo la ocurrencia de organizar dos funciones dramáticas antijesuitas para darlas a conocer al obrero inconsciente lluchmayorense y conducirlo a lo más real de la vida; la vida: la vida positiva. En esta empresa como en otras muchas, no nos falta quien intente desacreditárnosla, desorientárnosla y oponerse rotundamente a que la llevásemos a cabo sin menoscabo de un quebranto pecuniario. Esta propaganda que por fortuna resultó adversa, excuso decir si nos la hacen desde el púlpito hombre todo vileza y de solapada intención; hombres disfrazados de mujer; no digo más. Con sumo placer vimos nosotros que las dos funciones celebradas respectivamente los días 18 y 25 del corriente en el especioso local del teatro Mataró resultasen animadísimas; todo el patio abonado y público atestado. Los planes de la clerigalla han fracasado; sentaban en falso. Fueron puestos en escena para el día 18, el grandioso drama en cinco actos del eminente novelista don Benito Pérez Galdós, titulado “Electra” (antijesuítico), y para el 25, el “Señor Feudal” en tres actos, de don Joaquín Dicenta y “El Arcediano de san Gil” por no recuerdo que autor. Por la representación de dichas obras, fue contratada la compañía que dirige el reputado primer actor don Cayetano Cortés, que supieron interpretar y dar a dichas obras, el carácter que inspiró a sus autores. Especialmente los señores Forteza y Cortés y la señorita Alegría distinguiéronse por sus cualidades artísticas, y el público premioles con calurosos aplausos, retirándose al terminar llenos de satisfacción. Estos actos que a nosotros nos proporcionaron gran regocijo, turbaron la tranquilidad de la gente negra que patalea de rabieta. Las 57’50 pesetas que del beneficio nos pertenecen, opino que se distribuyan en propaganda, ¿no le parece señor ecónomo? Sin duda que en esta ocasión comulga conmigo. Pues tenéis fama los sacerdotes de agradaros el chocolate por desayuno y chuletas con tomates a la comida. ¡No estás tocados de mal gusto! ¡Caramba! Por algo dicen los curas, que los buenos cristianos tienen que ser caritativos. 20 septiembre 1910 Núm. 447, 1 de octubre de 1910
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