Tres denuncias

 

Sabido es que la opinión que tienen los conservadores de la libertad es muy menguado y entre los conservadores de toda Europa –lo decimos sin temor a equivocarnos- los que tienen una interpretación más estrecha de las leyes, rayando en lo arbitrario, son los conservadores españoles.

 

Inspirándose en este criterio archireaccionario nuestro Gobernador que, a los que parece, su sed de mando le hace perder la cabeza, denunció el número anterior de este semanario al señor Fiscal, el cual obedeciendo las consiguientes indicaciones ha tenido a bien denunciar los siguientes artículos: “La Cierva”, “A la memoria de Ferrer” y “Villano proceder”.

 

Como se ve, la parte que nos ha correspondido en la cosecha ha sido abundante, de seguro que esta persecución obedece a que nuestra primera autoridad civil debe querer hacer méritos para conquistar nuevos honores con que satisfacer su vanidad. Porque otra cosa no se nos ha ocurrido después de haber releído los artículos denunciados.

 

En el titulado “La Cierva”, unas pocas líneas, no puede ser más inofensivo, hasta que nos ha causado verdadero asombro, al ver confirmada la denuncia que la autoridad gubernativa había hecho a la judicial, del citado artículo, así que se nos ocurre preguntar: ¿es que el señor Martínez Campos ha elevado a la categoría de indiscutible, como el Jefe del Estado, al odiado y siniestro La Cierva? Si tal piensa, está en un error.

 

Protestaremos siempre contra ese tiranuelo, y contra Maura, en la forma que creamos más conveniente para condenarlos al ostracismo.

 

En lo que respecta al artículo que se dedica a la memoria de Ferrer, nada hay que se exprese en forma desusada, por lo que no se comprende la denuncia más que obedeciendo al criterio mentado al principio.

 

Y en lo que respecta al artículo “Villano proceder”, no es menos extraña la denuncia, ya que toda la Prensa no ha cesado un momento, de publicar relatos de las atrocidades cometidas por los alemanes en el teatro de la guerra.

 

Por más, que los méritos que haya contraído nuestro Poncio, con motivo de nuestras tres denuncias, nos parecen que serán insuficientes para que le den nuevas condecoraciones.

 

No podrá decir que los organismos obreros en las Baleares hayan desaparecido, como dijo respecto de los republicanos, con cierta parte de razón, sino que se habrán acrecentado. La persecución engendrará nuevas voluntades que se prestarán al sacrifico para la liberación del proletariado y con él de la Humanidad.

 

Por último haremos constar, que por ninguna parte se ha visto la independencia del poder judicial

 

EL OBRERO BALEAR

Núm. 663, 17 de octubre de 1914