Huelga de curtidores Hasta el presente los huelguistas hállanse animados de no cejar en sus peticiones hasta conseguir el triunfo completo. Por lo de pronto hemos de anunciar que ya ha habido un patrono que ha cedido la jornada de nueve horas a sus operarios, lo cual ha motivado gran disgusto entre los de su clase. En la reunión general extraordinaria celebrada por la “Federación de Sociedades Obreras” en el Casino de “Unión Republicana” el jueves 3 del corriente por la noche, se acordó hacerse suya la huelga de los compañeros curtidores y por lo tanto declararla reglamentaria, desde este momento todos los compañeros que forman la “Federación” vienen obligados a prestarles su ayuda moral y material que en estos casos obliga la solidaridad de los obreros. Así es como se cumple en casos de esta índole; declarar públicamente la guerra a los burgueses soberbios que no quieren transigir a una demanda tan modesta como la de los compañeros curtidores. En dicho acto se leyeron las siguientes cuartillas: Compañeros: Causas de fuerza mayor impiden al autor de estas cuartillas estar entre vosotros en esta reunión y dirigiros su humilde palabra, siquiera sea con objeto de alentaros en la noble lucha que estáis sosteniendo con vuestros exploradores. Sin embargo no he podido permanecer mudo y os mando por escrito lo que no puede en estos momentos deciros con la palabra. La hermosa huelga que con tanta firmeza y entusiasmo mantenéis contra vuestros patronos, es una de las luchas entre capital y trabajo que han de despertar mucho interés y simpatía en la clase trabajadora de Palma. Es tan moderada la petición que habéis presentado a vuestros patronos y sus fundamentos son tan razonados y justos, que nadie, absolutamente nadie, os pondrá tildar de exigentes ni faltos de lógica. Vuestro proceder con los patronos, antes y después de la huelga, ha sido y es tan correcto que nadie podrá regatearos el aplauso y la simpatía que ya os tenéis ganado. Así es que ante la clase trabajadora y ante la opinión sensata ya podéis cantar victoria, porque victoria es para los hombres que se les tiene por semisalvajes y saben dar tan hermosas lecciones de sensatez, cordura y buen comportamiento. Vuestro patronos, con su soberbia, con su alma de acero y su corazón egoísta, niéganse a reconocer justa y atendida vuestra demanda, y para venceros en la lucha no perdonan medio por asqueroso que sea, importándoles poco que perezcáis de hambre con tal de satisfacer su soberbia y su insana codicia. Pero es necesario que no vean satisfechos sus instintos inhumanos; es menester que hagáis esfuerzos extraordinarios para vencerlos. Porque si así no fuera, vuestros explotadores se saldrían con la suya y entonces se envalentonarían más y más y os someterían a un régimen más duro de esclavitud y mal trato. Pues bien; para que esto no suceda hace falta que todos y cada uno de los huelguistas hagáis interiormente y de todo corazón la promesa o juramento de no traicionar la causa que con tanta justicia y tesón defendéis; que no volváis al trabajo hasta haber hecho morder el polvo de la derrota a vuestros enemigos; que os colguéis de un árbol o huyáis a otras tierras antes que veros humillados y rendidos a los pies de la fiera explotadora. No temáis a nada si la clase trabajadora de Palma y fuera de Palma, tiene conciencia de su deber y siente correr por sus venas la sangre proletaria, (y yo no lo pongo en duda) hará por vosotros cuanto se necesita hacer para que triunféis. No olvido que sois muchos huelguistas y que por consiguiente para atender a los menesteres de vuestras casas necesitáis recuperar mucho dinero, pero no olvidéis también vosotros que cuando se está en guerra encarnizada con el enemigo, abandonar el campo de batalla supone cobardía y muerte de los combatientes. Si llega el extremo de au vuestras esposas y vuestros hijos os sean un obstáculo para continuar combatiendo contra vuestros tiranos, antes que rendir entregad toda la familia al cuidado de vuestros hermanos los demás trabajadores, que de seguro las admitirán con cariño y atenderán a sus necesidades para que podáis luchar con más holgura y tranquilidad. A todo hoy que recurrir antes de ceder. ¡Hay de vosotros, hay de toda la clase trabajadora de Palma, hay de las Sociedades de la Federación si esta huelga se pierde! Si este caso viene, preparémonos todos a soportar los grilletes que nos tienen preparados nuestros explotadores, para atarnos de pies y manos a fin de sacar de nuestras costillas todo el juego que demanda su ilimitada codicia. Por dignidad pues, por justicia, por conveniencia y por sentido común hay que hacer todo lo que se debe para triunfar. Los huelguistas empuñando las armas en combate y los demás trabajadores que no son huelguistas proporcionando a estos las armas y municiones que necesiten. Guerra pues, hasta morir o triunfar Un compañero vuestro. Núm. 452, 5 de noviembre de 1910
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