Llorenç Bisbal      ¡Levántate, pueblo de Alcudia! 

Si, levanta ya del letargo que duermes; rompe la cadena que te oprime en la esclavitud; deshecha las preocupaciones que te someten al dominio convencional y despótico de un hombre; derrumba, en fin, a ese infernal caciquismo que hace nulos tus derechos, que ahoga tu libertad, explota tu conciencia y martiriza tus sentimientos de justicia.

¡Levántate, pueblo de Alcudia!

No quieras ser por más tiempo juguete de los caprichos de un hombre, no permitas que la antigua ciudad de Alcudia sea feudo de un señor que en pocos años se ha enriquecido a tu costa, no toleres el feudalismo en tu seno que solo es propio de pueblos atrasados; abre los ojos, mira hacia delante, piensa, lee, investiga las causas de tu mal y rebélate contra ellas.

La vida sin lucha no es vida, y en los tiempos que corremos el hombre que no lucha deja de ser hombre y se convierte en manso cordero, siempre resignado, atento y obediente a las ordenes del pastor.

¿Querrás pasar ¡oh tú, pueblo de Alcudia! por un rebaño de corderos que vive sumiso y resignado a los deseos y mandados de un pastor que es cien veces más tirano y peor que el que va detrás de las ovejas en los campos? Si así fuese no tendrías derecho a quejarte de tus males, pues de ellos serías víctima y cómplice a la vez.

Pero no, no hay que suponer tal cosa, no se debe esperar de un pueblo instruido cual eres tu que se muestra reacio a las corrientes modernas del progreso. Sé perfectamente que las ansias de libertad pululan en tu conciencia, conozco bien los anhelos de mis queridos paisanos y sé que son generosos y altruistas. Pero sé también que los alcudienses estáis atados de pies y manos a un hombre, sé que en Alcudia hay un señor feudal que os avasalla y explota y ésta es la causa porque no os decidís a ocupar la palestra de la lucha, pues teméis la venganza y sufrís callados vuestros infortunios.

¡Pobres alcudienses! Vosotros que en la mayor parte vivís entre los peligros y amarguras que ofrece el mar a los pescadores; vosotros que desafiáis valerosos los temporales, que lucháis con bravura contra las olas, que ponéis la vida en constante zozobra por extraer de los abismos marinos la rica langosta, que buscáis los más sabrosos pescados en el fondo de vuestras propias tumbas, que no os arredráis ante las fuerzas omnipotentes y avasalladoras de la Naturaleza, vosotros que vencéis al huracán y resistís los más bravos embates, vosotros, amigos míos, os sentís cobardes ante una persona, tembláis ante un infusorio humano que si tiene poderío es porque vosotros se los habéis otorgado con vuestra debilidad.

¡Ay de los tiranos el día que vosotros alcéis bandera de franca lucha en frente de sus despotismos!

¿Cuándo vendrá ese feliz momento, pueblo de Alcudia?

El día que sabrás unirte política y económicamente alrededor de las santas ideas de emancipación uy libertad.

Lorenzo Bisbal

EL OBRERO BALEAR

Núm. 428, 21 de mayo de 1910

 

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