1921 –  La desinfección, el sagrado deber y los vendidos

El “Verga” y la clase trabajadora – Hay que acabar de una vez

 

El título que va entre comillas es el de un artículo publicado en El Obrero Balear del día 7, del corriente mes, firmado por Simón Fullana, Secretario particular de los dos concejales socialistas de ésta y apoderado, mejor dicho, herederos de la futura Casa del Pueblo, regalada por el tal “Verga”.

 

Nosotros queríamos solamente reproducir dicho trabajo por cree que por si solo da una idea clara de la intención con que es escrito y, por lo tanto, dejarlo al criterio del que lo lea; pero como en él nos creemos aludidos y, además, encierra una crasa ignorancia en cuanto a los motivos que han inducido a los obreros en ciertas ocasiones a protestar del mal proceder de la dirección o administración de las obras que tiene en construcción el señor March, nos vemos en la necesidad de contestar a varias preguntas y alusiones que hace, no sabemos si a nosotros, pero, por si acaso. Dice así:

 

La situación que se viene creando a la clase trabajadora con relación de D. Juan March, es verdaderamente insostenible. Desde hace bastante tiempo se respira un ambiente tan venenoso que de no acudir pronto a su despeje, acabará por asfixiarnos a todos”.

 

No, hombre, a todos no, a nosotros no nos puede asfixiar porque hace tiempo que nos pusimos a salvo del fétido aire que en aquel entonces ya se respiraba; en todo caso, los que pueden intoxicarse son los que están metidos en la cloaca hoy y los que lo estuvieron ayer, i no procuran una desinfección rápida y enérgica.

 

Conste que el despeje que tu haces con este artículo basta para contagiar a todos los obreros de la Casa del Pueblo; pero como hay aquello de que “a grandes males grandes remedios” por la salud de los obreros organizados es imprescindible cercar el foco de infección del que estas envuelto; esto es lo que nos proponemos y lo vamos a conseguir, palabra.

 

Vamos, se ve que no es tu lado fuerte esto de Inspector de Sanidad.

 

“Por modesta que sea nuestra posición dentro la organización obrera, no esta exenta de responsabilidades, las cuales entiendo, cuando llegan momentos como el presente, es necesario arrostrar hablando sin ambigüedades, rodeos ni vacilaciones. Hacer lo contrario, callar cuando entre los trabajadores reina la desorientación y la duda me parecería inepcia, falta de valor cívico, incumplimiento de un deber sagrado.

 

Por eso, yo, convencido del cumplimiento de ese deber y plantándole cara a ese coro de vírgenes detractores de “Verga” voy a exponer pública y claramente mi modesta opinión”.

 

Ya vez, éste solo párrafo puede valerse no diremos una Casa como la Casa del Pueblo; pero, si, para sus menesteres, porque ni el mismo Quijote salía tan gallardo con la lanza en ristre para desfacer entuertos, como tu sales en defensa de un burgués de los más explotados, y cumpliendo un deber sagrado, que quizás tu tengas contraído plantas cara al “coro de vírgenes detractores del Verga”. La verdad, nosotros no sabemos a quién te refieres, porque detractores del “Verga” solamente conocemos que puedan serlo los del partido de enfrente los mauristas, y esto como es cuestión de politiquería, no nos metemos en ello; nosotros lo que somos y hemos sido es unos defensores de los intereses y dignidad de la clase trabajadora atropellada en sus obras y con el donativo de la Casa del Pueblo a las entidades obreras bajo el patrocinio de un grupo de individuos que ellas no han nombrado, ni tienen autoridad para cambiar, cuando estos no cumplan como es debido.

 

Qué pecados ha cometido el señor March (y conste que no hablamos de la actual huelga de metalúrgicos en la que lo creemos equivocada) para que una parte, o mejor dicho, unos grupos se le manifiesten con tanta hostilidad’ ¿El de ser más rico que los demás patronos? Evidentemente que no.”

 

¡Cuanta frescura y cuanta bellaquería! ¿No sabes que pecados ha cometido? … ¡Pues debías saberlo! Pregúntaselo a los metalúrgicos, a los albañiles, a los carpinteros, y a los del Sindicato de Transportes, que ellos te lo dirán. Nosotros solo te diremos que tan solo un hombre que posee tanto valor cívico y un deber sagrado para salir en defensa del multimillonario como lo haces tú, puede ignorar los perjuicios que ha causado a los obreros y por consiguiente a sus respectivas sociedades.

 

“Tengo para mi que ha llegado la hora de deslindar campos y que cada cual ocupe su puesto. Los “vendidos” al “Verga” a un lado. Los “a sueldo de Salas” a otro.

 

Ya que no es posible vivir sin pasar por vendido salgamos al zoco y allí nos veremos las caras, aquilataremos honras y entonces sabremos quienes son los que verdaderamente en su frente llevan el signo de esclavos a sueldo y quienes el de hombres libres y dignos. Todo menos seguir viviendo en un ambiente maleado que deprime y ahoga”

 

En cuanto a nosotros tenemos los campos deslindados hace tiempo, y ocupamos nuestros puesto, pero hay que advertirte, y estos dispuestos a probártelo, que no es ni el de “Verga” ni el de “Salas”; nuestro puesto está frente a los dos, por encarnar ambos, el CAPITAL, la EXPLOTACIÓN, y la REACCIÓN, con todas sus consecuencias; no como vosotros que os presentáis defensores de una parte por el mero hecho de haberos pasado la mano por el lomo y haberos regalado una Casa muy grande para que el día de las elecciones podáis aclamar la gran Victoria: aplaudiendo a rabiar toda una tarde con vítores ensordecedores, como podrían envidiaros los fanáticos patriotas de estos días con la toma del Gurugú, para luego al final de la jornada, resultar una soberana tomadura de pelo. Esta es la única labor que os destaca en la Casa del Pueblo, a no ser la de combatirnos con razón y sin ella por orden de los Jefes del Partido (palabras de los disidentes) y de desviar con politiquerías de marca Reconstructora, a los trabajadores, de su verdadero cauce que es la cultura y la rebeldía.

 

No nos vengas con lo de si hacemos el juego a nuestros más seculares enemigos porque para ello tenéis vosotros los de Amnsterdam la exclusiva, sino recuerda el caso de Alemania yendo del brazo del Gobierno para ametrallar al pueblo rebelado, ¡o el de Italia, arrancando de las manos de los obreros las fábricas de que tan dignamente se habían apoderado, entregándolas de nuevo a la burguesía y de esta manera ahogar la revolución, para una vez repuestas las fuerzas del gobierno, dar la batida a los verdaderos revolucionarios! Y si no quieres ir tan lejos recuerda la traición hacha a la Confederación Nacional del Trabajo de España cuando el paro general, para hacer frente a la represión que se presentaba a pasos agigantados y que ha ocasionado y ocasiona tantos martirios y tanta sangre a los perseguidos y tantas lágrimas y privaciones a sus inocentes criaturas!

 

Pero no, a vosotros no os convenía refrenar la represión que solo había de lastimar a los que un día acordaron declararos amarillos, por reformistas, lo que deseabais era l que ha pasado. Habéis procedido como quien dice: “detenedme y encerradme a esos perros que me están rompiendo los pantalones y me van a dejar pelao”. ¿No te parece que la contestación hecha estos días por el Ministro de Gracia y Justicia de que no podía tratar la cuestión de los presos gubernativos, sin antes conferenciar con García Prieto dice algo a ese particular?

 

En fin, por último dices, que el ambiente maleado en que vivimos contra el “Verga” deprime y ahoga, y en cambio el ambiente de traición a la causa revolucionaria que os envuelve, te da valor para seguir apuntalando más y más el criminal régimen burgués.

 

Creyendo que hemos demostrado quienes son los vendidos y los que hacen el juego al enemigo del pueblo productor, terminamos hoy.

 

A última hora nos enteramos de un acuerdo tomado por el partido socialista de esta, el cual se propone levantar “el espíritu de justicia democrático del pueblo”- “aunque siempre dentro el plano de su ideario de clase”.

 

Claro, lo que decíamos, siempre la eterna farsa; y mientras tanto los huelguistas que aguanten. Lo primero es lo primero; no faltaba más.

 

Ideal Libre

 

CULTURA OBRERA nº 114

15 de octubre de 1921