CONTRA EL IMPUESTO DE LAS CARNES

 

Como oportunamente anunciamos, el domingo 15 se celebró en el local de la “Federación de Sociedades Obreras”, el mitin para protestar del proyecto presentado por la Comisión de Hacienda para sustituir el Impuesto de consumos.

 

Aproximadamente a las 11 se dio principio al acto, resultando pequeño el local para la numerosa concurrencia con que nos vimos agraciados.

 

Presidió el compañero Roca, comenzando por manifestar que los socialistas y la clase obrera organizada, mirando por los intereses de todos en general y en particular de los proletarios, se proponen entablar una campaña que de por resultado la anulación de citado proyecto, impropio de países cultos y repugnante a todos, salvo a algunos que ven en él un negocio seguro.

 

Bauzá dice que conseguido del Gobierno la sustitución del odioso Impuesto de consumos, la clase trabajadora no debe consentir, en manera alguna, que un artículo tan necesario como lo es la carne, siga gravado por más tiempo.

 

Lamenta el orador la actitud de los concejales republicanos, censurando el influjo de los mismos sobre el gravamen de las carnes. Recuerda que el partido republicano es uno de los que más han combatido el impuesto en cuestión, siendo ahora uno de tantos en sostenerle sus representantes.

 

Afirma que el proyecto se ha hecho a espaldas del pueblo, pues un asunto de tanta trascendencia, los concejales –dice- debieran haberlo consultado antes con sus respectivos partidos; fórmula que evitaría la contradicción de opiniones entre los representantes en el Municipio y los ciudadanos que los han elegido; ataca a los concejales que sucumben a tales manejos por miras particulares, y termina aconsejando la lucha, sin ceder en lo más mínimo hasta conseguir nuestros propósitos, por tratarse de un beneficio común.

 

Pérez cree que el mencionado proyecto es más oneroso para las clases pobres que para las ricas, por estar recargadas las carnes con el mismo tributo las inferiores que las superiores; hace notar que en el impuesto sobre el inquilinato se establece una escala progresiva proporcional, con lo cual, la clase necesitada sale bastante más ventajosa; pero, como esto los obreros por regla general no lo entienden –añade- de aquí la necesidad el hacerlo comprender para que se opongan abiertamente a que se lleve a efecto dicho proyecto.

 

Advierte a los concurrentes tengan mucho cuidado en elegir sus representantes para que no se repitan los casos que a la presente estamos tocando, pues individuos no capacitados en asuntos administrativos, piensa que deben estarse en su casa y dejar los puestos a otros más aptos.

 

Recomienda la asistencia tantas veces como se invite a fin de podernos incorporar a los pueblos que se llaman civilizados.

 

Vicens principia manifestando que la Ciencia Médica trabaja sin cesar para combatir la tuberculosis y el pueblo por la abolición de consumos, agente que influirá a la merma de tísicos, mientras nuestros representantes en el Consistorio se afanan porque los trabajadores no comamos carne, sin duda, entienden que dicho alimento no contribuye a la salud y robustez, pues si los médicos quieren que desaparezcan los microbios de nuestro cuerpo habrá que barrer a los microbios del Ayuntamiento, medida que evitaría la mayor parte de nuestros males.

 

Termina con un elocuente párrafo, protestando contra el proyecto, que bajo ningún concepto debe prevalecer.

 

El señor Martí felicita a Roca por su actitud en defensa de los intereses del pueblo palmesano, censurando a los demás concejales que no se ocupan del bienestar del vecindario. Manifiesta que los artículos alimenticios no deben pagar tributo alguno y que sus amigos han errado el procedimiento en el Municipio al cooperar a favor del impuesto de las carnes.

 

Añade que la falta de alimentación causa más estragos que la peste y la guerra, y que un punto importante del programa republicano y socialista es la supresión de los consumos, y quien no cumple con este deber es un inconsecuente o un divorciado del pueblo.

 

Manifiesta que el Gobierno ha mermado en una mitad lo que el pueblo pagaba por el impuesto de consumos, pero que el Municipio no sabe cumplir con su deber, al pretender que siga en pie el odiado tributo.

 

Examina punto por punto todos los arbitrios que concede la ley para la sustitución de consumos y demuestra que cualquier procedimiento que se adoptase sería más justo que el proyectado por la Comisión de Hacienda.

 

Muy profusamente demuestra que con el impuesto de inquilinato, se pagará proporcionalmente al sueldo que se disfruta y, por lo tanto, sería más justo y equitativo.

 

Demuestra con datos que los trabajadores consumen una cantidad de carne insignificante a la que debieran.

 

Reclamando que el Ayuntamiento retire el proyecto, termina su discurso, que fue acogido con una salva de aplausos.

 

El presidente hace el resumen pidiendo al público si estaba conforme con lo expuesto, y contestando éste afirmativamente, dio por terminada la reunión.

 

EL OBRERO BALEAR

Núm. 501, 28 de octubre de 1911

fideus