El 11 de febrero (conjunción republicano-socialista)

 

Atentamente invitados por el partido de Unión Republicana asistimos el pasado domingo al acto que en conmemoración del XXXVII aniversario de la proclamación de la República en España, celebraron los republicanos en su local social de la calle de Danús.

 

Al banquete asistieron más de 150 comensales y a la hora de los brindis se llenó de bote en bote el salón hasta el extremo de ser este insuficiente para contener a tan gran número de asistentes, entre los cuales había Comisiones de diversos pueblos de la isla.

 

La presidencia la ocupaba D. Jerónimo Pou y los discursos fueron iniciados por el Sr. Quijada quien se congratuló del acto que se celebraba el cual, dijo, por lo grandioso le animaba, no a pronunciar discurso, sino a felicitar a todos y transmitir un saludo al consecuente y veterano apóstol republicano D. Antonio Villalonga al cual su edad y sus achaques le impedían asistir al acto. Una salva de aplausos aprobó la proposición.

 

El Sr. Pou (D. Fernando) consideró innecesario hacer propaganda, donde a todos nos congregaba el mismo interés; atacó enérgicamente la obra de Maura de quien dijo estaba muerto políticamente y propuso se telegrafiara al Gobierno en demanda de la amnistía para los perseguidos por los sucesos de julio en Cataluña.

 

D. Antonio Ramis, concejal suspenso gracias a los manejos mauristas, recordó que desde hace tiempo viene siendo blanco de las iras de aquella gente, cosa que soportaba con calma, agradeciendo las muestras de cariño que por aquella causa recibía de todos sus amigos, atenciones que le obligaban a sentirse con más bríos para luchar en pro de los intereses del partido.

 

D. Benito Pomar empezó dirigiendo un sentido párrafo a las víctimas del horroroso naufragio del vapor francés “General Chanzy” ocurrido en las costas de Menorca, y proponiendo que una comisión pasase al consulado de Francia para expresar al representante de aquella nación el sentimiento que en todos había causado la hecatombe.

 

Refiriéndose al cambio de situación expresó sus dudas de que el Sr. Canalejas cumpla lo prometido en la oposición, si bien le obliga a ello, dijo, la expresión torera de que no hay quinto malo y Canalejas es el que hace cinco de la serie de los Gobiernos liberales que han ido sucediendo las diferentes fracciones de aquel partido. Se felicitó de la asistencia al acto de la representación del Partido Socialista con quien, dijo, la unión debe ser cada día más estrecha para salir al paso a los acontecimientos que puedan ocurrir.

 

D. Francisco Villalonga saludó a los concurrentes en nombre de su anciano padre, en quien dijo, la consecuencia política había sido toda su vida inquebrantable y que así continuaría hasta el fin de sus días.

 

Recordó que la República del año 1873 sucumbió por las rivalidades de los mismos republicanos que producían escisiones en las filas, y debilitaban sus fuerzas, como les está ocurriendo ahora a los liberales monárquicos. Abogó por la estrecha alianza con los socialistas por ser éstos más avanzados que ellos y concluyó deseando ver pronto implantada la República, para bien de nuestro país.

 

D. José Fuset enalteció la conjunción republicano-socialista con gran calor, y señaló a su partido, como ejemplo que debe seguir, lo que hace el Partido Obrero para educar a las masas y crear ciudadanos conscientes y dignos. Combatió tenazmente la enseñanza clerical y negó autoridad a la Iglesia para intervenir en la enseñanza de la juventud, por ser incapaz de inculcar en la mente de los niños ideas de progreso y altruismo.

 

D. Luís Martí dedicó un recuerdo a Salmerón, y otro al Sr. Cifre de Colonia, maestro en Pollensa, donde durante unos treinta años había consagrado su actividad, su fortuna y sus desvelos a difundir la enseñanza laica en aquel pueblo de Mallorca donde, a pesar de sus ideas avanzadas en materia de instrucción había logrado el respeto de sus adversarios.

 

Defendió la alianza con los socialistas para ir junto en contra de la Monarquía y para la defensa de la educación del pueblo.

 

Combatió las guerras, reminiscencia de tiempos bárbaros, e hizo un llamamiento a cuentos trabajan por la paz. Atacó con gran energía el impuesto de Consumos que pesa sobre el haber del pobre, demostrando que este ha de satisfacer más de dos pesetas, por cada una que ingresa en el Erario público. Presentó la última crisis como producto de intrigas palaciegas y dijo que Canalejas si fracasa como es casi seguro, dejará a la Monarquía con solo el pilar de la reacción y sabido es que ningún edificio se sostiene con un solo apoyo. Recomendó que en los pueblos y las ciudades se constituyan elementos que en su día puedan asumir el trabajo de Juntas revolucionarias.

 

El compañero Crespí empezó diciendo que, por primera vez, EL OBRERO BALEAR, cuya representación ostentaba, acudía a un acto como que el que se estaba celebrando, no obstante contar ya con 10 años de existencia, y ello era debido a que siendo órgano del Partido Socialista, entendía, como éste, que su labor había de ser combatir a todos los partidos de la burguesía, fuese cual fuese su filiación política, por cuanto entre todos ellos y el nuestro existe el infranqueable abismo de la propiedad privada de los medios de producción. Añadió que el hecho de la defensa de la Libertad atropellada por Maura y que produjo los sucesos de julio, había determinado el cambio de conducta en su partido y provocado la alianza con los republicanos, alianza que los socialistas conservarán hasta conseguir el objeto para que fue hecha.

 

Una vez conseguido el triunfo éstos se replegarán de nuevo a sus antiguas tiendas, para desde ellas ser ariete que empuje a los republicanos por el camino de las reivindicaciones, proletarias, y si se resisten o fracasan, obrar según las circunstancias indiquen.

 

Terminó poniendo a disposición de los republicanos las columnas de EL OBRERO BALEAR aunque modestas, sincertas, para todo lo que sea beneficioso para la conjunción republicano-socialista.

 

El camarada Bisbal, en representación de la Agrupación Socialista dijo que los socialistas sentíamos verdaderos anhelos de un pronto cambio de régimen político, y que para conseguirlo pondremos todas nuestras fuerzas y entusiasmo al servicio de la alianza concertada entre republicanos y socialistas. Hizo ver la conveniencia de que en las actuales circunstancias se celebrase una gran Asamblea integrada por todas las fracciones del republicanismo español a semejanza de la celebrada en 1904 para lograr la unificación de todas ellas, y formar un bloque compacto que nos lleve pronto a la implantación de la República. Dijo que en estos momentos deben desaparecer los calificativos de lerrouxistas, blasquistas, federales, unitarios, etc., para llamarse solamente republicanos, y laborar por el advenimiento de la República burguesa hoy, en espera de que mañana se implante la República social.

 

El compañero Roca abogó también porque la alianza entre republicanos y socialistas sea eficaz, y sirva de barrera para que represiones y atropellos como los realizados en los últimos tiempos de Maura sean imposibles, y que la clase obrera pueda desenvolver su Organización libremente y con orientaciones de progreso y cultura.

 

D. Francisco García Orell hizo un discurso de tonos templados, manifestando que si bien en el fondo estaba conforme con todo lo expuesto, quizá discrepara en los procedimientos a emplear para lograrlo. Señaló el hecho de que a pesar de todo, en las leyes váse incorporando el espíritu democrático, y dijo que si bien no se ha implantado aún la República se ha realizado labor democrática. Analizó como en todos los órdenes de Gobierno habían de existir diferentes matices; avanzados para impulsar y conservadores para consolidar el progreso realizado por los primeros.

 

Manifestó que consideraba a los socialistas como de la misma familia republicana, y no se le alcanzaba como podían vivir separados. Se felicitó de la unión entre ellos considerándola lógica y necesaria.

 

D. Antonio Agustí cantó un himno a la Libertad y ensalzó la unión de todos los elementos democráticos y progresivos.

 

D. Jerónimo Pou hizo un brillantísimo resumen de todo lo expuesto por lo que habían hecho uso de la palabra y concluyó dando lectura a las adhersiones recibidas.

 

EL OBRERO BALEAR

Núm. 415, 19 de febrero de 1910

 

fideus/